Estudio que investiga la posible correlación entre el consumo de alimentos fritos y el riesgo de ansiedad y depresión.
Los resultados indican que el consumo frecuente de alimentos fritos, como las patatas fritas, está fuertemente asociado con un mayor riesgo de ansiedad y depresión.
Tras analizar a más de 140.000 personas, el estudio revela que el consumo habitual de fritos eleva las posibilidades de sufrir ansiedad un 12% y depresión un 7%.
El responsable de este “efecto tóxico” en la salud mental sería la acrilamida, contaminante característico de los alimentos fritos, a través de fenómenos neuroinflamatorios mediados por estrés oxidativo y alteración del metabolismo de los lípidos.
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