Por Alfredo Calcedo
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25 de junio de 2025
Reportaje publicado en El Médico Interactivo sobre los desafíos que reclusos y profesionales sanitarios deben afrontar durante su estancia en prisión. Se estima que el 4-5% de los internos en los centros penitenciarios sufre un Trastorno Mental Grave. Las personas privadas de libertad tienen entre 4 y 6 veces más probabilidades de desarrollar trastornos psicóticos o depresión grave, y hasta 10 veces más riesgo de padecer un trastorno antisocial de la personalidad, en comparación con quienes viven fuera del sistema penitenciario, es decir, la población general. El consumo de drogas también desempeña un papel relevante: 1 de cada 4 reclusos con trastorno psicótico presenta síntomas relacionados con la intoxicación o abstinencia de sustancias. Aspectos mas relevantes del estudio: Una oportunidad para cuidar la salud mental. 7 de cada 10 internos con trastorno mental grave no han tenido un seguimiento antes de entrar en prisión, por lo que el medio penitenciario constituye una oportunidad para el cuidado de su salud mental y la estabilización de los síntomas de su trastorno. Mujer y prisión. Las mujeres representan solo el 7,5 por ciento de la población reclusa en España, sin embargo, durante su internamiento, las mujeres tienen 5 veces más probabilidades de desarrollar un trastorno de salud mental que aquellas en libertad. Menores extranjeros no acompañados, presentan un perfil de extrema vulnerabilidad. La mayoría son de origen magrebí y a menudo se encuentran en situaciones de desarraigo, aislamiento social y con comportamiento conflictivos. Modelos de gestión sanitaria penitenciaria. En España conviven dos modelos de atención sanitaria en las prisiones: el tradicional, y los modelos de gestión sanitaria integrada. Solo 2 hospitales psiquiátricos penitenciarios para toda España. Médicos penitenciarios, médicos con vocación, pero en grave riesgo de sufrir burnout y estrés laboral.