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Reconociendo la injusticia histórica sobre la esclavitud en Medicina (EEUU)

dic 13, 2023

La revista The New England Journal of Medicine (N Engl J Med) publica en este artículo una especie de autocrítica por los prejuicios y la injusticia que la Revista históricamente ha ayudado a perpetuar en relación con la esclavitud. 

El New England Journal of Medicine publicó su primer número en enero de 1812.


Aunque la esclavitud había sido abolida en Massachusetts en 1783, su legado perduró allí durante décadas. La esclavitud siguió siendo legal en los Estados Unidos hasta 1863 y moldeó todos los aspectos de la vida estadounidense, incluida la medicina. 


Como botón de muestra, una noticia sobre esclavitud y salud mental 

“En septiembre de 1842, el Journal publicó "Estadísticas de locura en los Estados Unidos" de Edward Jarvis. La locura, como explicó Jarvis más tarde, no era fácil de definir, pero sugirió una definición … lo suficientemente amplia como para permitir a Samuel Cartwright clasificar el deseo de escapar de la esclavitud como una forma de locura… Jarvis estudió el censo de 1840, el primero en incluir un recuento de personas que eran "idiotas" o "locas". A pesar de las dudas sobre los datos, a Jarvis le sorprendió la rareza de la locura entre los africanos esclavizados y su prevalencia (diez veces mayor) entre los “negros del norte” libres. Ofreció una explicación segura: “La esclavitud tiene una influencia maravillosa sobre el desarrollo de las facultades morales y las facultades intelectuales; y negarle al hombre muchas de las esperanzas y responsabilidades que disfrutan y sostienen las personas libres, que piensan y actúan por sí mismas, por supuesto lo salva de algunas de las responsabilidades y peligros de la autodirección activa... [Donde] está el mayor letargo mental, encontramos la menor locura”. Jarvis ofreció algunas calificaciones y pidió más investigación.” 



Artículo comentado en una editorial de la misma revista 

Por Alfredo Calcedo 10 may, 2024
Metanálisis que investiga la relación entre el maltrato infantil y su impacto en la salud mental y el riesgo de suicidio a lo largo de la vida. Resultados: el maltrato infantil podría ser responsable del 21% de los trastornos depresivos y del 41% de las tentativas de suicidio en Australia. Se estima que más de 1,8 millones de casos de trastornos depresivos, de ansiedad y de uso de sustancias, podrían prevenirse si se erradicara el maltrato infantil. Esto indica que los esfuerzos para prevenir la exposición al maltrato infantil tienen el potencial de mejorar la salud mental a nivel poblacional. Es importante destacar que estos hallazgos se obtuvieron después de controlar variables de confusión genéticas y ambientales, lo que sugiere una asociación causal significativa entre el maltrato infantil y los trastornos de salud mental.
Por Alfredo Calcedo 10 may, 2024
Noticia publicada en El Español que informa de los riesgos del fármaco montelukast , utilizado en el tratamiento del asma en niños y adolescentes, por el riesgo de presentar reacciones neuropsiquiárticas, aunque poco frecuentes (las sufren menos del 1% de los pacientes), como pesadillas, insomnio, sonambulismo, ansiedad, comportamiento agresivo, depresión o irritabilidad. Como reacciones raras están la alteración de la atención y la memoria, o tener tics. Finalmente, como muy raras (ocurren en menos de 1 de cada 10.000 casos) estarían las alucinaciones, la desorientación, pensamientos y comportamientos suicidas, síntomas obsesivo-compulsivos o disfemia (tartamudez). Se ha llegado a relacionar el fármaco con trastornos tan extraños como el síndrome de Alicia en el País de las Maravillas, consistente en episodios breves de distorsión del tamaño, la forma o la distancia de objetos o el propio cuerpo. Aunque en Reino Unido han hecho una advertencia en niños y adolescentes, en España los avisos en el medicamento no especifican edades. En la gran mayoría de pacientes, montelukast "tendrá más beneficios que riesgos" pero los padres deben estar atentos, sobre todo si el niño es pequeño y aparecen cambios en el comportamiento, tendencia a la agresividad o alteraciones del sueño.
Por Alfredo Calcedo 10 may, 2024
La opinión general sobre la teoría de la depresión basada en la diátesis-estrés considera los factores estresantes y la vulnerabilidad genética como riesgos independientes.  Este estudio investiga el papel de los genes y los factores estresantes para ver si es válido clasificar la depresión como reactiva o endógena. Los investigadores tratan de responder a la siguiente pregunta: ¿El riesgo genético de depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, TDAH, ansiedad y neuroticismo (un rasgo de personalidad) influye en la exposición de las personas a acontecimientos vitales estresantes? En este Estudio australiano sobre genética de la depresión, las personas con depresión respondieron encuestas sobre la exposición a acontecimientos vitales estresantes y analizaron el ADN de sus muestras de saliva para calcular su riesgo genético de sufrir un trastorno mental. Si los subtipos de depresión reactiva y endógena son válidos, es esperable que las personas con un componente genético más bajo en su depresión (el grupo reactivo) informarán de más eventos vitales estresantes, mientras que aquellos con un mayor componente genético (el grupo endógeno) informarán de menos eventos vitales estresantes. Sin embargo, después de estudiar a más de 14.000 personas con depresión se obtiene lo contrario: las personas con mayor riesgo genético de depresión, ansiedad, TDAH o esquizofrenia dicen haber estado expuestas a más factores estresantes. Conclusiones En primer lugar, se confirma que los genes y el entorno no son independientes. Los genes influyen en los entornos en los que terminamos y en lo que sucede después. Los genes también influyen en cómo reaccionamos ante esos eventos. En segundo lugar, los resultados del estudio no respaldan una distinción entre depresión reactiva y endógena. Los genes y el entorno tienen una interacción compleja. La mayoría de los casos de depresión son una mezcla de genética, biología y factores estresantes. En tercer lugar, las personas con depresión que parecen tener un componente genético más fuerte en su depresión informan que sus vidas están marcadas por factores estresantes más graves. En conjunto, los resultados sugieren que los esfuerzos para ayudar a las personas genéticamente vulnerables a afrontar el estrés podrían mejorar sus resultados y ayudar a romper el ciclo de depresión recurrente y eventos vitales estresantes acumulados. Comentado en The Conversation
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