Relojes circadianos y envejecimiento
Noticia publicada en el Mundo que destaca la importancia de la coordinación entre los relojes biológicos de nuestro cuerpo para prevenir el envejecimiento prematuro. En el organismo humano, existe un conjunto de relojes circadianos que nos ayudan a anticipar los cambios ambientales y a organizar distintos procesos fisiológicos de manera armónica. El reloj central se encuentra en el hipotálamo y está conectado con la retina, lo que le permite recibir información sobre los ciclos de luz y oscuridad y sincronizarse con los relojes periféricos en los tejidos para regular diversas funciones.
La investigación mencionada en el artículo y liderada por un equipo de investigación español, se centró en la comunicación entre el reloj circadiano central y los relojes periféricos en la piel y los músculos.
La investigación sobre la sincronización entre el reloj central y el reloj periférico del músculo se ha publicado en Science, mientras que el estudio de la coordinación entre el reloj central y el reloj periférico de la piel se ha publicado en Cell Stem Cell.
Los estudios demostraron que una buena sincronización entre estos relojes es esencial para mantener una funcionalidad óptima de los tejidos y que la descoordinación se asocia con un envejecimiento muscular acelerado.
En experimentos con ratones, se observó que aquellos que carecían del gen Bmal1, implicado en la comunicación entre los relojes circadianos, mostraban signos de envejecimiento prematuro y debilidad muscular. Sin embargo, al restaurar la acción de Bmal1, se logró frenar el envejecimiento prematuro y la pérdida de masa muscular, lo que sugiere que la conexión entre los relojes circadianos es crucial para la salud tisular.
Este descubrimiento subraya la relevancia de los ritmos circadianos en la prevención del envejecimiento y abre nuevas vías para investigaciones futuras en el campo de la cronobiología y la salud humana.
