Un estudio relaciona la forma de la cara con la esquizofrenia y el trastorno bipolar

23 de diciembre de 2024

Dado el origen ectodérmico compartido y el desarrollo integrado de la cara y el cerebro, los biomarcadores faciales surgen como candidatos potenciales para evaluar la vulnerabilidad a trastornos en los que el desarrollo neurológico está comprometido, como la esquizofrenia (SZ) y el trastorno bipolar (BD).

En este estudio se identifican diferencias sutiles en la morfología facial que podrían estar relacionadas con el diagnóstico de la esquizofrenia y el trastorno bipolar. En general, los resultados señalan la forma facial como un candidato prometedor para evaluar el riesgo biológico de esquizofrenia y trastorno bipolar y revelan mecanismos fisiopatológicos específicos del sexo que modulan la interacción entre el cerebro y la cara durante el desarrollo neurológico en la esquizofrenia.

Estos resultados animan a realizar más investigaciones para establecer correlaciones entre la cara y el cerebro como biomarcadores para estos trastornos, realizando análisis morfométricos aún más precisos integrados con datos genéticos. Este enfoque facilitaría el desarrollo de un biomarcador compuesto que combine datos fenómicos y genómicos del cerebro y la cara, mejorando en última instancia su potencial para evaluar la vulnerabilidad a la esquizofrenia y el trastorno bipolar.

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Por Alfredo Calcedo 9 de mayo de 2025
Un estudio observacional con múltiples fuentes ha buscado cuantificar el cambio en la prevalencia y la utilización de la atención médica de los consumidores de la sustancia entre 2014 y 2023 en EEUU. Los resultados indican que el consumo de psilocibina el año pasado aumentó un 44% entre los jóvenes de 18 a 29 años y un 188% entre los adultos. Para Joshua C. Black, autor principal del trabajo que se publica en Annals of Internal Medicine, este incremento se debe que "hay menos estigma ya que desde 2019 en algunos estados se ha despenalizado. Hay menos barreras para su consumo". El estudio encontró que la prevalencia del uso de psilocibina aumentó en todos los grupos de edad y las personas con patologías mentales y físicas se encontraban entre los usuarios más comunes. Comentado en El Mundo
Por Alfredo Calcedo 9 de mayo de 2025
Existe un creciente énfasis en reducir el uso y mejorar la seguridad de la contención mecánica (CM) en entornos psiquiátricos, así como en mejorar la calidad de la evidencia para los resultados. Este artículo ha realizado una revisión sistemática de la evidencia sobre el uso e indicaciones de la CM. Resultados: se observó una amplia variación en la prevalencia del uso de la CM (1%-51%). Esto se debió principalmente a la variación en los protocolos estándar entre países y regiones, que dictaban su uso en comparación con otras prácticas restrictivas, como el aislamiento. Las indicaciones para la CM fueron generalmente amplias (violencia/agresión, peligro para sí mismo o para la propiedad). Los factores asociados más consistentemente con la CM fueron la fase temprana del ingreso, el sexo masculino y la edad más joven. Los factores de la sala y del personal se examinaron de forma inconsistente. Hubo informes limitados sobre la experiencia de los pacientes o los efectos positivos. Conclusiones: la CM sigue siendo una práctica generalizada en entornos psiquiátricos a nivel internacional, con una variación considerable en las tasas, pero con pocos estudios de alta calidad sobre los resultados. Se observaron deficiencias notables en los estudios que investigaban los diferentes tipos de contención, las indicaciones, los factores clínicos asociados con su uso, el impacto de la etnia y el idioma, así como la evidencia de los resultados. Los estudios que examinan estos factores son áreas cruciales para futuras investigaciones.
Por Alfredo Calcedo 9 de mayo de 2025
El artículo aborda los desafíos y ofrece recomendaciones para mejorar la atención de pacientes con discapacidad intelectual y del desarrollo (IDD) en los servicios de urgencias psiquiátricas . Destaca que la clínica de estos pacientes puede ser variada y atípica, y que a menudo se carece de servicios adecuados y profesionales con formación específica. Se subraya la importancia de considerar el entorno del servicio de urgencias, minimizando la sobreestimulación y optimizando la seguridad. También se recuerda la conexión entre la salud física y mental, sugiriendo que problemas médicos subyacentes pueden manifestarse como síntomas psiquiátricos. Ante las limitaciones de los servicios psiquiátricos de urgencias, se proponen intervenciones breves y pragmáticas, como adaptar el espacio y recordar la posible causa física de los síntomas psiquiátricos. En general, el artículo busca aumentar la conciencia sobre las necesidades particulares de los pacientes con IDD en urgencias y promover estrategias para una atención más empática y efectiva.
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