Alteración de la conducta sexual en la demencia frontotemporal

14 de septiembre de 2023

Artículo publicado en Current Psychiatry sobre la conducta sexual alterada en la demencia frontotemporal (DFT).


Un pequeño resumen:


La DFT ocurre en respuesta al daño a los lóbulos frontal y temporal. El lóbulo frontal se correlaciona con el funcionamiento ejecutivo, mientras que el lóbulo temporal desempeña un papel en el habla y la comprensión. 


El daño a estas áreas puede resultar en pérdida de movimiento, dificultad para hablar, dificultad para resolver problemas complejos y problemas con el comportamiento social. Específicamente, el daño a la corteza frontal orbital puede causar desinhibición y comportamientos anormales, incluida labilidad emocional, vulgaridad e indiferencia hacia los matices sociales. Dentro del diagnóstico de DFT, existen 3 subtipos o variantes: DFT variante conductual (DFTcd), demencia semántica y afasia progresiva no fluida. Específicamente, la DFTcd puede dar lugar a comportamientos sexuales anormales, como hacer declaraciones sexualmente inapropiadas, masturbarse en público, desvestirse en público, tocar a otros de manera inapropiada o agresiva o confundir a otro individuo como pareja íntima. 

La DFT, que ocurre con una frecuencia similar a la enfermedad de Alzheimer en pacientes <65 años, es una de las causas más comunes de demencia de aparición temprana. La edad media de aparición es 58 años y el inicio después de los 75 años es particularmente inusual. Es posible que la memoria no se vea afectada en las primeras etapas de la enfermedad, pero es probable que se produzcan cambios sociales.


No existen medicamentos aprobados por la FDA para curar o retardar la progresión de la DFT. Ensayos que evaluaron la mejora cognitiva con rivastigmina, memantina, galantamina y donepezilo obtuvieron resultados contradictorios. No está claro si estos medicamentos mejoran o empeoran los síntomas conductuales. 

La evidencia sobre la farmacoterapia es limitada y se basa en gran medida en informes y series de casos. 


Debido al menor riesgo de efectos adversos y a los perfiles de seguridad favorables, los ISRS y la trazodona se consideran opciones de tratamiento de primera línea.


Una revisión reciente publicada en Geriatric Psychiatry sobre la eficacia del tratamiento farmacológico en la DFT encuentra que la oxitocina se asocia con mejoría sustancial de síntomas. El piracetam sin emabrgo, puede empeorar el estado del paciente y debe evitarse.



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La microdosificación de psicodélicos , como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), ha generado interés por sus posibles beneficios en diversos trastornos psiquiátricos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Sin embargo, se desconoce la eficacia del LSD para reducir los síntomas del TDAH. Este estudio trata de determinar la seguridad y eficacia de dosis bajas repetidas de LSD para reducir los síntomas del TDAH en comparación con placebo. Resultados: En este ensayo clínico aleatorizado, multicéntrico, doble ciego y controlado con placebo, realizado en 53 personas, tanto el grupo con LSD como el grupo placebo mostraron una reducción significativa de los síntomas de TDAH. Sin embargo, no se observaron diferencias en la reducción de los síntomas entre ambos grupos. Esto significa que el LSD no fue eficaz para reducir los síntomas del TDAH en comparación con el placebo; estos resultados cuestionan la práctica anecdótica y resaltan la importancia de los ensayos controlados con placebo en la investigación de psicodélicos en dosis bajas.
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El conductor del autobús accidentado en Avilés (Asturias) en 2018 ha sido condenado a tres años de prisión por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y doce delitos de lesiones por imprudencia grave. Además, se le ha impuesto la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por cuatro años, junto con la pérdida definitiva del permiso de conducir y la inhabilitación especial para ejercer como conductor profesional durante 4 años. La jueza ha determinado que el acusado padecía epilepsia focal criptogénica desde 2015 y que, aunque estuvo bajo seguimiento médico, no aceptaba su diagnóstico debido a las consecuencias laborales que ello implicaba. A pesar de estar en tratamiento con medicación antiepiléptica, continuó ejerciendo su profesión, aunque los médicos le habían advertido que su condición era incompatible con la conducción de autobuses. El tribunal también ha señalado que el servicio de prevención de la empresa para la que trabajaba desconocía su historial médico, por lo que en 2018 fue declarado apto para el trabajo. No obstante, la resolución no es firme, por lo que el condenado aún puede presentar un recurso de apelación. Este caso me recuerda, salvando las diferencias, el caso del vuelo 9525 de Germanwings donde el piloto que también padecía problemas de salud y tampoco los comunicó a su empresa, estrelló el avión para suicidarse, matando además a 149 personas. De nuevo se plantea el dilema eterno entre autonomía y seguridad. ¿Debe ser la persona quien comunique a los servicios de prevención y riesgos laborales de la empresa de las condiciones médicas que padece o directamente los servicios médicos que atienden al paciente quienes deben informar al servicio médico de la empresa?
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