Cambios en la geometría espacial del cerebro con la edad
Este estudio analiza mediante resonancias magnéticas estructurales cómo el envejecimiento afecta la geometría espacial del cerebro, es decir, su forma global y la disposición relativa de sus regiones. A diferencia de estudios anteriores que se centraban en cambios de volumen o grosor cortical, esta investigación propone que los cambios en la forma y las distancias espaciales entre regiones cerebrales pueden ofrecer una visión más completa del envejecimiento cerebral.
Principales hallazgos
Cambios globales en la forma del cerebro:
- El envejecimiento se asocia con patrones distintivos de expansión y compresión a lo largo de diferentes gradientes cerebrales, que afectan especialmente a las regiones frontotemporales. Con la edad, el cerebro muestra una expansión en las regiones inferiores y anteriores. Al mismo tiempo, hay una compresión en las regiones superiores y posteriores. Estos cambios siguen un patrón de gradiente espacial.
Relación con el deterioro cognitivo:
- Patrones específicos de expansión y compresión global y regional se asociaron de forma estrecha a disfunción cognitiva, especialmente en memoria episódica y funciones ejecutivas. Estos hallazgos sugieren que los cambios en la geometría espacial del cerebro envejecido podrían tener consecuencias en la eficiencia de la comunicación entre las regiones cerebrales que podrían subyacer al deterioro cognitivo con el envejecimiento
Distancias entre regiones homólogas:
- La distancia entre algunas regiones aumenta con la edad, especialmente entre estructuras subcorticales (como el tálamo, caudado, amígdala). Algunas regiones, como la corteza parietal superior, muestran compresión. Estos cambios no se explican únicamente por la atrofia o el aumento del tamaño de los ventrículos.
Importancia de la geometría cerebral:
- La forma del cerebro influye en su dinámica funcional.
- Cambios en la geometría podrían afectar la eficiencia del procesamiento cerebral y contribuir al declive cognitivo.
Conclusiones
- El envejecimiento no solo reduce el volumen cerebral, sino que reorganiza su forma y estructura espacial.
- Estos cambios geométricos podrían ser biomarcadores útiles para detectar y entender el deterioro cognitivo.
- La geometría cerebral es un aspecto clave y poco explorado que merece más atención en la neurociencia del envejecimiento.
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