La distribución bimodal por edades de los asesinatos en masa

25 de septiembre de 2025

Las investigaciones han identificado una distribución por edad bimodal entre los asesinos en masa, donde los delincuentes más jóvenes suelen estar al final de la adolescencia y los mayores en la edad mediana.

Una nueva revisión sistemática publicada en Evolutionary Psychological Science sugiere que la etapa vital de un asesino en masa influye significativamente en sus motivaciones, factores estresantes y selección de objetivos.

Desde una perspectiva evolutiva y utilizando la Teoría de la Historia de Vida y modelos evolutivos de competencia masculina y control de recursos, este estudio explora cómo los factores estresantes ambientales específicos de la edad interactúan con los mecanismos psicológicos evolutivos, configurando las vías hacia la violencia masiva

Mientras que los perpetradores más jóvenes suelen estar impulsados por el rechazo social crónico y la privación de estatus, los delincuentes mayores son más propensos a reaccionar a trastornos vitales agudos (divorcio, ruina económica). Los agresores jóvenes suelen cometen actos públicos de violencia como forma de dominación y búsqueda de notoriedad mientras que los agresores mayores son más propensos al homicidio familiar y suicidio, como estrategia desesperada.

Desde una perspectiva evolutiva, la búsqueda de notoriedad puede funcionar como una respuesta compensatoria a la pérdida de estatus social o al rechazo. Históricamente, los hombres han competido por el dominio, el prestigio y el reconocimiento, rasgos vinculados al éxito reproductivo. En entornos ancestrales, los individuos de alto estatus se beneficiaban de un mayor acceso a recursos y parejas, mientras que los individuos de bajo estatus enfrentaban la exclusión social y menores oportunidades reproductivas. En el contexto moderno, el asesinato masivo público puede ser un intento patológico de reclamar estatus, incluso póstumamente, cuando otras formas de reconocimiento social se perciben como inalcanzables. Esto se alinea con la investigación que muestra que los delincuentes más jóvenes con frecuencia citan un deseo de reconocimiento y poder como motivos para sus acciones.

Comentado en Psypost.

Por Alfredo Calcedo 26 de diciembre de 2025
Noticia publicada en Redacción Médica : La OMS ha calificado a los agonistas del receptor GLP-1 , presentes en medicamentos como Wegovy, Mounjaro y Ozempic como fármacos esenciales. Sin embargo, según Irene Bretón, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), España no está preparada para financiar ni implementar de forma generalizada los nuevos tratamientos farmacológicos para el tratamiento de la obesidad. Sería un gran reto por "el alto coste económico, la falta de recursos asistenciales y la necesidad de un abordaje multidisciplinar" en esta enfermedad tan multifactorial y compleja.
Por Alfredo Calcedo 26 de diciembre de 2025
Los autores exploran cómo reconstruir la narrativa científica de la depresión mayor (MDD, por su sigla en inglés) para reflejar un enfoque más fiel a los conocimientos actuales en neurobiología y comunicación clínica. El texto parte del reconocimiento de que el paradigma dominante de “desequilibrio químico” —particularmente el déficit de serotonina— se ha arraigado tanto en la comunidad médica como en el público general, pese a su debilidad empírica. Este modelo simplista ha fomentado expectativas excesivamente farmacocéntricas y ha generado desconfianza cuando diversas revisiones —como la llevada a cabo por Moncrieff— han cuestionado la validez de la hipótesis de la serotonina. Frente a ello, los autores proponen una reconstrucción del marco conceptual basado en la neuroplasticidad : los factores heterogéneos que contribuyen al TDM convergen en mecanismos de disfunción sináptica que conducen a una actividad y conectividad desadaptativas en regiones cerebrales cognitivas y emocionales clave, lo que encierra al cerebro en una espiral de sesgo de negatividad e inflexibilidad cognitiva. El tratamiento del TDM requiere la activación de la neuroplasticidad para alterar las sinapsis y reconfigurar los circuitos cerebrales, ayudando a los pacientes a superar el bloqueo. En este contexto, explican cómo diversas intervenciones —farmacológicas y no farmacológicas— actúan potenciando la plasticidad neural, restaurando la funcionalidad sináptica, los patrones de activación en redes cerebrales, y facilitando procesos adaptativos emocionales y cognitivos personalizados. Este enfoque neuroplástico no solo abarca los antidepresivos convencionales (monoaminérgicos), sino también tratamientos más recientes —como ketamina y psicodélicos—, así como enfoques psicoterapéuticos y neuromodulatorios. La convergencia de dichos tratamientos demuestra que la mejora no depende exclusivamente de principios neurotransmisores, sino de una acción más profunda sobre la capacidad del cerebro para reorganizarse. El reto para los médicos e investigadores es resumir este conjunto de evidencia de forma que ofrezca una alternativa precisa y accesible a la hipótesis del déficit de serotonina. La comunicación científica enseña que las metáforas son formas poderosas de transmitir información El clínico puede explicar cómo la interacción entre estrés, genética, inflamación y plasticidad cerebral puede inducir un “cerebro atrapado” en las rutinas del sesgo de negatividad y la inflexibilidad cognitiva y emocional, y cómo diversas intervenciones pueden “desatascarlo”.
Por Alfredo Calcedo 26 de diciembre de 2025
La desprescripción es fundamental para una buena práctica de prescripción, pero puede ser compleja y la guía disponible es limitada. En septiembre de 2025, la Universidad de Australia Occidental publicó una nueva guía clínica para la desprescripción de medicamentos en personas mayores . Si bien la desprescripción es relevante para pacientes de todas las edades, la guía se centra en las personas mayores porque enfrentan un mayor riesgo de daños relacionados con los medicamentos debido a la mayor prevalencia de multimorbilidad, polifarmacia y medicamentos potencialmente inapropiados. Se ofrecen recomendaciones y buenas prácticas para más de 30 clases de fármacos comúnmente utilizados por personas mayores, que complementan las guías terapéuticas existentes para cada fármaco y enfermedad. También se incluyen recomendaciones y buenas prácticas que abordan la polifarmacia o el uso de múltiples clases de fármacos. En total, hay 185 recomendaciones y 70 declaraciones de buenas prácticas. La guía promueve la toma de decisiones compartida, involucrando al paciente y a su médico de cabecera u otro especialista, para garantizar que las decisiones de desprescripción se ajusten a las preferencias, objetivos y plan de tratamiento general del paciente. Comentado en Australian Prescriber