Neuroderechos: qué dice la neurociencia
Artículo sobre la importancia de los neuroderechos en el contexto de los avances tecnológicos y científicos en neurociencia. Se destaca la necesidad de proteger la privacidad de nuestros pensamientos y evitar el acceso a nuestra actividad cerebral con fines económicos o sociopolíticos.
El artículo menciona la propuesta Cognify del biólogo molecular Hashem Al-Ghaili, que utiliza la estimulación magnética transcraneal de alta resolución para rehabilitar criminales y pacientes con estrés postraumático modificando sus memorias emocionales.
También se hace referencia a los trabajos pioneros con electrodos profundos del neurofisiólogo español José Manuel Rodríguez Delgado en la década de 1950. Entonces empezaron a surgir los primeros temores por su potencial utilización en la manipulación de la voluntad humana.
En 2007, John Donoghue y su equipo de la Universidad de Brown lograron que un paciente tetrapléjico controlara mentalmente el puntero de un ordenador mediante un microchip insertado en la corteza cerebral. En 2012, estos investigadores permitieron que otro paciente tetrapléjico controlara un brazo robótico externo para comer. Resultados similares han sido obtenidos recientemente por la empresa Neurolink de Elon Musk.
El artículo también aborda el desarrollo de sistemas portátiles, como gorras o diademas, que captan la actividad eléctrica cerebral durante la vida diaria y la envían a centros de inteligencia artificial para su interpretación. Estos dispositivos podrían prever deseos de consumo y clasificar social y políticamente a los individuos.
Finalmente, se resalta la importancia de la colaboración del sistema legislativo para salvaguardar los neuroderechos y proteger la privacidad de nuestros pensamientos.
Destacar en este campo de los neuroderechos el importante trabajo del español Rafael Yuste, que además es presidente de la Neurorights Foundation.


