Repensar la resistencia al tratamiento

3 de junio de 2024

Artículo que aborda la conceptualización errónea que solemos hacer al confundir la resistencia al tratamiento con el fracaso del tratamiento.

Resumen:

  1. Existe una confusión entre “resistencia al tratamiento” y “fracaso del tratamiento”: El error conceptual radica en considerar que un diagnóstico de resistencia al tratamiento representa un fracaso de la resolución clínica. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto. A menudo, se pueden identificar opciones de tratamiento adicionales mediante segundas opiniones, incluso cuando se etiqueta a un paciente como resistente al tratamiento.
  2. Es necesario reevaluar el caso clínico: En lugar de asumir automáticamente que un paciente es resistente al tratamiento, debemos reevaluar cuidadosamente su situación. Esto implica revisar el diagnóstico, considerar opciones alternativas y buscar segundas opiniones antes de concluir que no hay más opciones disponibles.
  3. Enfoque de solución de problemas clínicos: En lugar de considerar la resistencia al tratamiento como un callejón sin salida, debemos verlo como un desafío que requiere una solución creativa. La resistencia al tratamiento no debe ser una etiqueta definitiva, sino una oportunidad para explorar nuevas estrategias.
  4. En resumen, el artículo sugiere que debemos cambiar nuestra perspectiva sobre la resistencia al tratamiento y considerarla como un punto de partida para buscar soluciones alternativas en lugar de un punto final. La reevaluación constante y la búsqueda de opciones adicionales son esenciales para abordar este problema clínico.


Por Alfredo Calcedo 26 de septiembre de 2025
Los trastornos por uso de sustancias (SUD) afectan de manera desproporcionada a las comunidades marginadas con acceso limitado al tratamiento. Esta revisión sistemática examinó la efectividad de las prácticas de oración cortas y estructuradas que duran un minuto o menos en los resultados de la recuperación de la adicción Conclusiones del estudio: las prácticas de oración breves y estructuradas de aproximadamente un minuto se asocian con un menor deseo de consumir, mejor afrontamiento y mejor regulación emocional en la recuperación de la adicción. Estas prácticas se utilizaron en diversos entornos y creencias personales, a menudo se incorporaron a las rutinas diarias y se describieron como significativas y fáciles de usar. Su bajo costo y formato simple sugieren una alta viabilidad, particularmente en entornos con acceso limitado a la atención médica. Estas asociaciones no deben interpretarse como causales, dada la variabilidad en los diseños de los estudios, la dependencia del autoinforme y el seguimiento limitado a largo plazo. Se necesitan más ensayos aleatorios y estudios centrados en mecanismos para probar la durabilidad, aclarar cómo surgen los efectos y refinar la administración para diversas poblaciones. Si están respaldadas por evidencia más sólida, las prácticas de oración breve podrían servir como un complemento opcional y preferido por el paciente a los tratamientos establecidos, no como un sustituto, dentro de la atención integral centrada en la persona.
Por Alfredo Calcedo 26 de septiembre de 2025
Artículo publicado en Psychiatric Times que ofrece una revisión exhaustiva de la evolución conceptual, diagnóstica y terapéutica de la pedofilia desde el siglo XIX hasta la actualidad. Evolución conceptual En la antigüedad, ciertas conductas sexuales hoy consideradas problemáticas eran aceptadas socialmente, como las relaciones entre adultos y adolescentes en la Grecia clásica. A finales del siglo XIX, la pedofilias clasificó como una “perversión” del impulso sexual, influido por teorías hereditaristas y moralistas. Freud la consideró una aberración del objeto sexual, vinculada a conflictos psicoanalíticos como la ansiedad de castración. Durante el siglo XX, se formularon teorías psicodinámicas que relacionaban la pedofilia con traumas infantiles y vínculos maternos prolongados. Durante la última parte del siglo XX, las desviaciones sexuales comenzaron a verse a través del marco de la patología psiquiátrica (DSM). Clasificación en el DSM El DSM-I (1952) y el DSM-II (1968) la incluyeron como desviación sexual dentro de los trastornos de personalidad, sin criterios diagnósticos claros. El DSM-III (1980) introdujo el término “parafilia” y definió la pedofilia como fantasías o actos sexuales con niños prepuberales, estableciendo criterios de edad y cronicidad. Las versiones posteriores (DSM-III-R, DSM-IV, DSM-IV-TR) ajustaron los criterios, especialmente en torno al malestar clínico y la conducta, generando debates sobre la distinción entre trastorno mental y criminalidad. El DSM-5 y DSM-5-TR diferencian entre una “parafilia”, (por ejemplo, pedofilia) definida como un patrón persistente, intenso y atípico de excitación sexual y un “trastorno parafílico”, por ejemplo, un trastorno pedofílico, reservando este último para casos con malestar, deterioro funcional o riesgo de daño a otros. Tratamientos históricos y actuales En el siglo XIX surgieron tratamientos quirúrgicos como la castración, seguidos en el siglo XX por terapias hormonales (estrógenos, medroxiprogesterona, agonistas de la hormona luteinizante). Las terapias psicoanalíticas dominaron inicialmente, pero fueron reemplazadas por enfoques conductuales en los años 60 y 70, como la terapia aversiva y el condicionamiento clásico. Desde los años 80, la terapia cognitivo-conductual se convirtió en el estándar, abordando distorsiones cognitivas, empatía, habilidades sociales y excitación desviada. Los programas actuales integran prevención de recaídas y farmacoterapia, mostrando eficacia en la reducción de la reincidencia. Rol del psiquiatra y desafíos éticos El artículo subraya el papel central del psiquiatra en el tratamiento del trastorno pedofílico, dada su formación en psicoterapia, farmacología y evaluación de riesgos. Señala que la medicalización ha sido cuestionada por el clima político y social, lo que ha dificultado la investigación y el acceso a tratamiento especializado. Reivindica la necesidad de mantener el trastorno pedofílico en el DSM como entidad clínica, para evitar estigmatizaciones y contribuir a la prevención del abuso sexual infantil.
Por Alfredo Calcedo 25 de septiembre de 2025
Esta revisión sistemática y metaanálisis investiga si existe una asociación entre el uso de medicamentos antipsicóticos (PA) y alteraciones de la homeostasis de la glucosa. Resultados: el tratamiento con PA se asoció con aumentos significativos en la glucosa en ayunas, la insulina en ayunas y la hemoglobina A1c y un riesgo elevado de hiperglucemia en comparación con placebo en pacientes con enfermedades mentales graves y voluntarios sanos. Estos cambios fueron en gran medida independientes del diagnóstico; tipo de AP, dosis y duración del tratamiento; edad; uso concomitante de medicamentos; y exposición previa a AP Conclusiones: la disglucemia inducida por PA pone a una población ya vulnerable a la desregulación metabólica en un riesgo aún mayor de consecuencias para la salud a largo plazo; los hallazgos actuales deberían motivar el desarrollo de nuevos PA con menos efectos adversos cardiometabólicos y / o intervenciones metabólicas más efectivas