Sobre los riesgos (ignorados) de las bebidas energéticas

31 de enero de 2025

El artículo analiza cómo el marketing influye en el consumo de bebidas energéticas entre los jóvenes y los riesgos asociados que muchos jóvenes desconocen.

El consumo de estas bebidas ha aumentado significativamente, especialmente entre adolescentes y jóvenes adultos. Promocionadas como potenciadores de energía y asociadas a un estilo de vida dinámico, estas bebidas esconden riesgos para la salud que pasan desapercibidos para la mayoría. Un estudio revela que hasta el 50% de los adolescentes consume estas bebidas, pero solo el 9% reconoce los riesgos que suponen.

Las bebidas energéticas combinan ingredientes como cafeína, taurina, azúcar y vitaminas del grupo B para proporcionar un impulso rápido. Sin embargo, estos ingredientes pueden causar efectos secundarios como insomnio, ansiedad, taquicardias e hipertensión. El consumo excesivo está vinculado a problemas cardiovasculares graves, adicción a la cafeína y aumento del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 debido a su alto contenido de azúcar.

Además, el artículo destaca la relación entre el consumo de bebidas energéticas y comportamientos de riesgo. Por ejemplo, el 15% de los consumidores mezcla estas bebidas con alcohol, cifra que sube al 32% entre adolescentes. Esta combinación aumenta el consumo de alcohol, ya que las bebidas energéticas enmascaran sus efectos, incrementando la probabilidad de intoxicaciones, accidentes y conductas imprudentes.

El estudio también encontró que los consumidores de bebidas energéticas tienen 3,8 veces más probabilidades de vapear que quienes no las consumen, sugiriendo un patrón de conductas de riesgo que puede tener consecuencias perjudiciales para la salud a largo plazo.

El éxito de estas bebidas entre los jóvenes no es casual. Las marcas han diseñado estrategias publicitarias agresivas que vinculan sus productos con valores aspiracionales como diversión, aventura y éxito social. Redes sociales como Twitch, YouTube y TikTok están inundadas de contenido promocional, muchas veces protagonizado por influencers populares entre adolescentes.

En resumen, el artículo subraya la necesidad de aumentar la conciencia sobre los riesgos de las bebidas energéticas y regular su publicidad para proteger la salud de los jóvenes.

Por Alfredo Calcedo 13 de junio de 2025
Un equipo de científicos ha desarrollado un dispositivo cuyo objetivo es mejorar y afinar el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. Consiste en u n bolígrafo cargado con tinta magnética y diseñado para que los trazos escritos por el paciente puedan convertirse en señales eléctricas cuyos patrones puedan analizarse en un sistema de inteligencia artificial. El análisis de los patrones mostrados permitió distinguir a los pacientes con párkinson de los participantes sanos con una precisión media del 96,2%. Comentado en Diario Médico
Por Alfredo Calcedo 13 de junio de 2025
La microdosificación de psicodélicos , como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), ha generado interés por sus posibles beneficios en diversos trastornos psiquiátricos, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Sin embargo, se desconoce la eficacia del LSD para reducir los síntomas del TDAH. Este estudio trata de determinar la seguridad y eficacia de dosis bajas repetidas de LSD para reducir los síntomas del TDAH en comparación con placebo. Resultados: En este ensayo clínico aleatorizado, multicéntrico, doble ciego y controlado con placebo, realizado en 53 personas, tanto el grupo con LSD como el grupo placebo mostraron una reducción significativa de los síntomas de TDAH. Sin embargo, no se observaron diferencias en la reducción de los síntomas entre ambos grupos. Esto significa que el LSD no fue eficaz para reducir los síntomas del TDAH en comparación con el placebo; estos resultados cuestionan la práctica anecdótica y resaltan la importancia de los ensayos controlados con placebo en la investigación de psicodélicos en dosis bajas.
Por Alfredo Calcedo 13 de junio de 2025
El conductor del autobús accidentado en Avilés (Asturias) en 2018 ha sido condenado a tres años de prisión por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y doce delitos de lesiones por imprudencia grave. Además, se le ha impuesto la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por cuatro años, junto con la pérdida definitiva del permiso de conducir y la inhabilitación especial para ejercer como conductor profesional durante 4 años. La jueza ha determinado que el acusado padecía epilepsia focal criptogénica desde 2015 y que, aunque estuvo bajo seguimiento médico, no aceptaba su diagnóstico debido a las consecuencias laborales que ello implicaba. A pesar de estar en tratamiento con medicación antiepiléptica, continuó ejerciendo su profesión, aunque los médicos le habían advertido que su condición era incompatible con la conducción de autobuses. El tribunal también ha señalado que el servicio de prevención de la empresa para la que trabajaba desconocía su historial médico, por lo que en 2018 fue declarado apto para el trabajo. No obstante, la resolución no es firme, por lo que el condenado aún puede presentar un recurso de apelación. Este caso me recuerda, salvando las diferencias, el caso del vuelo 9525 de Germanwings donde el piloto que también padecía problemas de salud y tampoco los comunicó a su empresa, estrelló el avión para suicidarse, matando además a 149 personas. De nuevo se plantea el dilema eterno entre autonomía y seguridad. ¿Debe ser la persona quien comunique a los servicios de prevención y riesgos laborales de la empresa de las condiciones médicas que padece o directamente los servicios médicos que atienden al paciente quienes deben informar al servicio médico de la empresa?
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