Trillizos convertidos en cobayas

10 de octubre de 2024

Este artículo publicado en XL Semanal de ABC, narra la impactante historia de tres hermanos trillizos que fueron separados al nacer como parte de un experimento psicológico. Estos hermanos, nacidos el 12 de julio de 1961, fueron adoptados por diferentes familias sin saber de la existencia de los otros dos hasta que tenían 20 años.

El experimento fue dirigido por el psiquiatra Peter Neubauer, quien quería estudiar los efectos de la crianza en gemelos y trillizos. Los niños fueron observados y evaluados regularmente sin que sus familias adoptivas supieran la verdadera razón detrás de estas visitas. Cada uno de los trillizos fue colocado en familias de diferentes niveles socioeconómicos para analizar cómo estos factores influían en su desarrollo. El descubrimiento de su parentesco ocurrió de manera fortuita cuando uno de los hermanos, Bobby Schafran, llegó a la universidad y fue confundido con otro estudiante, Eddy Galland. Este encuentro llevó a la revelación de que eran hermanos gemelos, y poco después, un tercer hermano, David Kellman, se unió a ellos tras leer sobre su historia en un periódico. A pesar de la alegría inicial de reunirse, los trillizos enfrentaron serias dificultades emocionales y psicológicas debido a su separación y el engaño del experimento. Uno de los hermanos, Eddy, se suicidó años después, lo que subraya las profundas secuelas que el experimento dejó en sus vidas. El artículo también menciona el documental “Three Identical Strangers”, que recupera esta estremecedora historia y explora las implicaciones éticas y morales del experimento. Los dos hermanos sobrevivientes, Bobby y David, hablan sobre las secuelas de convertirse en sujetos involuntarios de un experimento tan cruel.

Este caso plantea importantes preguntas sobre la ética en la investigación psicológica y el impacto de tales estudios en la vida de los individuos involucrados.

Por Alfredo Calcedo 30 de octubre de 2025
Este estudio, realizado mediante una encuesta a estudiantes universitarios, investiga por qué algunas personas que no tienen un trastorno mental escuchan voces, algo que normalmente se asocia con condiciones como la esquizofrenia. El objetivo es entender mejor cómo se relacionan estos tres aspectos psicológicos: 1. El habla interna (lo que nos decimos a nosotros mismos en la mente). 2. La absorción (la capacidad de sumergirse profundamente en pensamientos, fantasías o actividades). 3. Las experiencias similares a alucinaciones auditivas (escuchar voces sin que haya una fuente externa real). Resultados Escuchar voces no es tan raro: muchas personas sin diagnóstico psiquiátrico reportan haber tenido alguna vez experiencias de este tipo. Algunos estudios epidemiológicos a gran escala han estimado que entre el 3 % y el 10 % de los adultos de la población general reportan algún tipo de experiencia de oír voces Las personas que usan mucho el habla interna (especialmente en forma de diálogo interno o con voces distintas) tienen más probabilidad de reportar haber escuchado voces. La absorción también está relacionada: quienes se sumergen más en sus pensamientos o fantasías tienden a tener más experiencias de tipo alucinatorio. La combinación de habla interna compleja + alta absorción parece ser un factor importante en la aparición de estas experiencias. Conclusión Escuchar voces no siempre indica una enfermedad mental. Puede ser parte de la experiencia humana normal, especialmente en personas con gran diálogo interno y una imaginación intensa. Comprender estos mecanismos puede ayudar a reducir el estigma y mejorar el enfoque clínico hacia quienes escuchan voces, diferenciando entre experiencias benignas y patológicas.
Por Alfredo Calcedo 30 de octubre de 2025
Este estudio analiza mediante resonancias magnéticas estructurales cómo el envejecimiento afecta la geometría espacial del cerebro, es decir, su forma global y la disposición relativa de sus regiones. A diferencia de estudios anteriores que se centraban en cambios de volumen o grosor cortical, esta investigación propone que los cambios en la forma y las distancias espaciales entre regiones cerebrales pueden ofrecer una visión más completa del envejecimiento cerebral. Principales hallazgos Cambios globales en la forma del cerebro : El envejecimiento se asocia con patrones distintivos de expansión y compresión a lo largo de diferentes gradientes cerebrales, que afectan especialmente a las regiones frontotemporales. Con la edad, el cerebro muestra una expansión en las regiones inferiores y anteriores. Al mismo tiempo, hay una compresión en las regiones superiores y posteriores. Estos cambios siguen un patrón de gradiente espacial. Relación con el deterioro cognitivo : Patrones específicos de expansión y compresión global y regional se asociaron de forma estrecha a disfunción cognitiva, especialmente en memoria episódica y funciones ejecutivas. Estos hallazgos sugieren que los cambios en la geometría espacial del cerebro envejecido podrían tener consecuencias en la eficiencia de la comunicación entre las regiones cerebrales que podrían subyacer al deterioro cognitivo con el envejecimiento Distancias entre regiones homólogas : La distancia entre algunas regiones aumenta con la edad, especialmente entre estructuras subcorticales (como el tálamo, caudado, amígdala). Algunas regiones, como la corteza parietal superior, muestran compresión. Estos cambios no se explican únicamente por la atrofia o el aumento del tamaño de los ventrículos. Importancia de la geometría cerebral : La forma del cerebro influye en su dinámica funcional. Cambios en la geometría podrían afectar la eficiencia del procesamiento cerebral y contribuir al declive cognitivo. Conclusiones El envejecimiento no solo reduce el volumen cerebral, sino que reorganiza su forma y estructura espacial. Estos cambios geométricos podrían ser biomarcadores útiles para detectar y entender el deterioro cognitivo. La geometría cerebral es un aspecto clave y poco explorado que merece más atención en la neurociencia del envejecimiento. Comentado en Psypost.
Por Alfredo Calcedo 29 de octubre de 2025
El acoso escolar es un problema pernicioso en el mundo moderno, lo que lleva a los investigadores a preguntarse si se trata de un comportamiento nuevo o si tiene raíces más antiguas. Una perspectiva evolutiva del acoso escolar sugiere que es un comportamiento que se extiende mucho más allá de la modernidad. Adoptando esa perspectiva, el autor de este trabajo optó por examinar la evidencia del acoso escolar entre pares en adolescentes en las culturas occidentales durante la Antigüedad (es decir, la Antigua Grecia y Roma), el Período Medieval y el Renacimiento. Dada la escasez de evidencia sobre la vida cotidiana de los adolescentes, se centra en dos fuentes de información. Primero, analiza factores culturales generales que pueden haberse relacionado con el acoso escolar. Segundo, examina la evidencia anecdótica del acoso escolar. Los datos culturales revelan que el acoso escolar fue una característica estructural de la vida histórica en Europa Occidental y, por lo tanto, era muy probable que estuviera presente entre los adolescentes. A nivel anecdótico, la mayor parte de la evidencia del acoso escolar histórico se centra en los rituales de novatadas asociados con la educación. Por lo tanto, la evidencia directa del acoso escolar histórico es escasa. Esto puede deberse a que el acoso entre iguales fue poco común en la historia o a que no merecía la pena registrarlo. El autor se inclina por esta última interpretación y sostiene que, históricamente, el acoso fue al menos tan común en el pasado como lo es hoy, y su gravedad a menudo supera la observada en las culturas modernas. Estos datos encajan con una perspectiva evolutiva del acoso y defienden la importancia de considerar la investigación histórica al crear y probar teorías modernizadas sobre el acoso y sus intervenciones.