Conclusiones del segundo webinar de la SEPL sobre telepsiquiatría (11-6-2020)

14 de noviembre de 2020
En este segundo "capítulo" de las tres series formativas que constituyen el curso del "Marco legal de la Telepsiquiatría", impartido durante la tarde ayer por UBT Legal & Compliance junto con la Sociedad Española de Psiquiatría Legal, en colaboración con Angelini Pharma, se ha abordado como tema principal el consentimiento prestado a distancia y la seguridad en la transmisión de los datos. Durante la misma, se ha ido desgranando y analizando esta novedosa forma de ofrecer asistencia sanitaria, en la que tanto el consentimiento como la identificación del paciente, son puntos claves, y durante la cual se han ofrecido orientaciones sobre medidas técnicas y organizativas para la seguridad de la telepsiquiatría.

Recordamos que tanto la información (y comprensión) sobre los servicios que se ofrecen, así como el consentimiento informado y libre, son requisitos obligatorios previos al desempeño de la actividad profesional, así como necesarios para la perfección del contrato, que se regulan y garantizan tanto en el Reglamento General de Protección de Datos, como en la Ley de Autonomía del Paciente y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico.

Esta información contendrá, como mínimo, la identidad del facultativo, la finalidad del tratamiento, naturaleza de intervención, riesgos y consecuencias, posibles cesiones, plazos de conservación, ejercicio de derechos y constancia en el Historial Clínico.

Especial hincapié se ha hecho en cuanto a la carga de la prueba de la prestación del consentimiento informado: "Cuando el tratamiento se base en el consentimiento del interesado, el responsable deberá ser capaz de demostrar que aquel consintió el tratamiento de sus datos personales" (art. 7 RGPD).

Otro de los temas que se ha tratado ha sido el del consentimiento por representación en los supuestos de los pacientes médicamente incapacitados, legalmente incapacitados, centrándose especialmente en los casos de los menores: su regulación, así como sus particularidades. 

La importancia de las evidencias digitales, así como la gestión preventiva y la seguridad, especialmente en la transmisión de datos como en la gestión de incidencias de seguridad, ocuparon la segunda mitad de esta serie de tres webinars (recordamos que la siguiente formación, “Preguntas y respuestas. Del entorno seguro a la experiencia clínica en telepsiquiatría”, está prevista para el próximo 25 de junio, a las 19:00 horas, a la que podrán inscribirse accediendo en el siguiente enlace: aquí)

Por último, otro de los temas que más han preocupado e interesado a los participantes ha sido la figura del Delegado de Protección de Datos en los centros sanitarios legalmente obligados al mantenimiento de las historias clínicas de los pacientes, exceptuando los que ejerzan su actividad a título individual (art. 34.1. “l” de la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales)
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Nueva guía británica (NHS) sobre mejores prácticas para la evaluación, formulación y gestión de la seguridad de las personas con riesgo suicida . Esta guía promueve un cambio hacia un enfoque más holístico y centrado en la persona, en lugar de basarse en la predicción del riesgo, la cual es poco fiable debido a la rapidez con la que los pensamientos suicidas pueden cambiar. En su lugar, recomienda utilizar un método basado en la comprensión de la situación de cada persona y la gestión de su seguridad.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo publicado en Psychiatric Times acerca de la práctica en psiquiatría , que a pesar de ser una disciplina pragmática que busca aliviar el sufrimiento de los pacientes con diversas herramientas, a menudo se ve obstaculizada por la rigidez de sus modelos teóricos y el tribalismo entre diferentes enfoques (psicoanalítico, farmacológico, etc.). Esta división puede llevar a la aplicación inflexible de etiquetas diagnósticas y tratamientos, ignorando la complejidad individual de cada paciente. El autor ilustra este punto con tres historias conmovedoras: Ray Osheroff: Un nefrólogo con depresión que fue mal diagnosticado y tratado exclusivamente con terapia psicoanalítica en Chestnut Lodge, lo que empeoró su condición hasta que fue trasladado y tratado con antidepresivos, revelando la arrogancia de un enfoque único. Susannah Cahalan: Una joven con una rara enfermedad autoinmune que causó psicosis, inicialmente diagnosticada erróneamente con problemas psiquiátricos y tratada con antipsicóticos, hasta que un neurólogo investigó más a fondo, exponiendo los peligros del reduccionismo psiquiátrico. Laura Delano: Una joven que fue diagnosticada con múltiples trastornos psiquiátricos y medicada durante 14 años desde la adolescencia, hasta que decidió dejar la medicación y recuperó una vida plena, cuestionando la tendencia a la patologización excesiva. Los autores concluyen que estas historias son lecciones de humildad para la psiquiatría. En lugar de defender rígidamente un solo paradigma, los profesionales deben adoptar un enfoque más flexible, pragmático y escéptico, combinando diferentes herramientas terapéuticas según las necesidades del paciente y reconociendo las limitaciones del campo ante la complejidad del sufrimiento humano. La clave está en la adaptabilidad y la capacidad de cuestionar las propias creencias para evitar el exceso de confianza que puede eclipsar la realidad con el paciente.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo de opinión publicado en Redacción Médica sobre las dificultades para distinguir los límites que separan lo normal y lo patológico en salud mental. Destaca la difusa frontera entre lo normal y lo patológico, agravada por la subjetividad inherente a la condición humana y la relevancia de la psique en las relaciones interpersonales. A esto se suma una intolerancia cultural hacia la incomodidad, que fomenta la medicalización de experiencias humanas normales, como el duelo, la inseguridad laboral o la irritación ante problemas sociales, llevando a un consumo excesivo de psicofármacos. Los autores critican un abordaje superficial de estos problemas en el sistema sanitario, centrado en tratar síntomas y no en las causas profundas, lo que contribuye a la iatrogenia y al abuso de medicamentos. Destacan que la reciente aprobación de un nuevo plan de salud mental por el consejo interterritorial busca, entre otros objetivos, reducir este abuso promoviendo un enfoque comunitario. El plan incluye el refuerzo de recursos humanos en salud mental y la incorporación de psicólogos y acceso a psicoterapia. Sin embargo, advierte que una implementación acrítica podría aumentar la "psicologización" inadecuada. Sugiere que sería más efectivo permitir a los profesionales de atención primaria consultar a psicólogos en lugar de derivar directamente a los pacientes. Aunque se valora el énfasis del plan en alternativas a la institucionalización, los autores critican su falta de atención a la medicalización en salud mental y señala que propuestas como la "prescripción social" no abordan las causas reales de la demanda. Proponen, en cambio, un enfoque genuinamente comunitario, que promueva políticas públicas saludables en educación, trabajo, vivienda y ocio, implicando sectores más allá del sanitario para abordar las fuentes de malestar y desigualdad. Finalmente, el texto aboga por estrategias intersectoriales como las sugeridas por la OMS en su iniciativa "Salud en todas las políticas" y podría ser un paso positivo si fomenta la prevención de la medicalización inadecuada y fortalece la atención primaria y comunitaria para promover la salud colectiva en colaboración con otros sectores sociales.
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