Cuando el médico no falla, pero se reclama
El artículo analiza un caso judicial que demuestra cómo un médico puede ser demandado incluso cuando actúa correctamente, destacando la complejidad de la responsabilidad civil sanitaria.
El texto relata una demanda contra una clínica privada por presunta negligencia médica, a pesar de que los profesionales actuaron conforme a la buena praxis. El paciente acudió varias veces entre noviembre de 2020 y abril de 2021 por síntomas respiratorios persistentes, sin presentar fiebre ni soplos cardíacos, signos clave para sospechar una endocarditis. Fue atendido por distintos médicos, se realizaron pruebas, se pautaron tratamientos y se programaron seguimientos. En mayo de 2021, ya en un hospital público, se le diagnosticó una endocarditis sobre válvula aórtica bicúspide, fue intervenido quirúrgicamente y falleció tras una parada cardiorrespiratoria.
La familia reclamó más de 135.000 euros alegando pérdida de oportunidad por retraso en el diagnóstico. Durante el juicio, se revisó la historia clínica y se escuchó a peritos de ambas partes. El tribunal concluyó que no hubo infracción de la lex artis, ya que los síntomas que justificarían sospecha de endocarditis no estaban presentes. Además, la resonancia cardíaca recomendada en marzo no tenía finalidad diagnóstica, por lo que no realizarla no fue considerado negligente.
El juez subrayó que la medicina no es una ciencia exacta y que la responsabilidad del médico es de medios, no de resultados. El concepto de “pérdida de oportunidad” fue clave en el debate, pero no se acreditó que una actuación distinta hubiera cambiado el desenlace. El artículo concluye que, aunque se actúe correctamente, pueden surgir reclamaciones, por lo que es esencial documentar con precisión, comunicar con claridad y actuar con prudencia. La sentencia reivindica el valor del trabajo bien hecho y la medicina ejercida con rigor y humanidad.

