Diferencias en las experiencias de escuchar voces en personas con psicosis

10 de julio de 2025

El estudio, realizado mediante entrevistas, explora cómo las experiencias de escuchar voces (alucinaciones auditivas) en personas con psicosis varían entre tres contextos culturales distintos: Estados Unidos, India y Ghana. La hipótesis central es que la cultura influye significativamente en la forma en que se experimentan y se interpretan estas voces.

Principales hallazgos por país

Estados Unidos

  • Las voces eran más agresivas y violentas, con órdenes negativas como “hazte daño” o “mata”. Los participantes tendían a ver las voces como síntomas de enfermedad mental, usando términos clínicos como “esquizofrenia”. Las voces eran percibidas como intrusivas y perturbadoras, sin relación emocional positiva.

India

  • Las voces eran más familiares y personales, a menudo identificadas como parientes o figuras religiosas. Se describían interacciones más benignas o incluso útiles, como recordatorios o consejos. Los participantes mostraban menos angustia y una mayor disposición a dialogar con las voces.

Ghana

  • Las voces eran comúnmente interpretadas como espirituales o sobrenaturales, a veces como mensajes de Dios o de espíritus. Se mantenía una relación respetuosa o reverente con las voces. La experiencia no era necesariamente vista como patológica, sino como parte de una realidad espiritual compartida.


Conclusiones

  • Las experiencias de escuchar voces no son universales: están profundamente moldeadas por el contexto cultural.
  • En culturas no occidentales, las voces pueden ser menos hostiles y más integradas en la vida cotidiana.
  • Esto sugiere que la carga emocional y el sufrimiento asociado a las alucinaciones auditivas puede depender más de la interpretación cultural que del fenómeno en sí.
  • Los hallazgos tienen implicaciones clínicas importantes, ya que podrían orientar tratamientos más culturalmente sensibles y menos medicalizados.
Por Alfredo Calcedo 10 de octubre de 2025
Aprender a dejar de sentir miedo ante algo que antes lo provocaba —lo que se llama aprendizaje de extinción— es clave para adaptarnos bien y entender mejor los trastornos de ansiedad. En estudios con animales, se ha visto que ciertas señales eléctricas del cerebro (llamadas oscilaciones theta) en zonas como la amígdala y el hipocampo son muy importantes tanto para adquirir el miedo como para superarlo. Además, se ha descubierto que superar el miedo no borra el recuerdo original, sino que crea una nueva memoria que lo contrarresta, y esta nueva memoria depende mucho del contexto en el que se aprende. No está claro si esto funciona igual en humanos. Para investigarlo, en este estudio se han usado registros cerebrales profundos en personas con epilepsia, lo que permite observar directamente cómo funciona el cerebro en situaciones de miedo y seguridad. También se han aplicado técnicas que ayudan a identificar cómo se representan las memorias según el contexto. Principales hallazgos: Durante el proceso de dejar de tener miedo, la amígdala muestra señales que indican seguridad, no amenaza. Las nuevas memorias que ayudan a superar el miedo son estables y dependen del entorno en el que se aprendieron. Si el contexto en el que se aprende a superar el miedo es muy específico, es más probable que el miedo vuelva en otro entorno diferente. Por otro lado, si la memoria de seguridad se reactiva, la persona tiende a sentirse segura. Conclusión: El estudio muestra cómo el cerebro humano maneja el aprendizaje de extinción y cómo las memorias de miedo y seguridad compiten entre sí. Esta competencia explica por qué a veces el miedo reaparece (lo que se llama renovación del miedo) o por qué la sensación de seguridad puede mantenerse. Estos hallazgos ayudan a entender mejor cómo tratar los trastornos de ansiedad. Comentado en Univadis
Por Alfredo Calcedo 10 de octubre de 2025
La enfermedad de Huntington (EH) es una enfermedad neurológica y degenerativa, donde una mutación produce una proteína alterada en el cerebro que causa la enfermedad. Una nueva terapia génica permite enlentecer la evolución de la EH. El objetivo de este tratamiento es reducir los niveles de esta proteína tóxica de forma permanente, en una sola dosis. El equipo de investigación ha conseguido ralentizar el curso de la EH en un 75%. Esto significa que el deterioro que normalmente aparecería en un año, tendría lugar en cuatro años después del tratamiento, dando a los pacientes la posibilidad de décadas de buena calidad de vida.
Por Alfredo Calcedo 10 de octubre de 2025
Interesante artículo escrito por el profesor Diego Calcedo sobre la historia del valproato , desde su descubrimiento como eficaz anticonvulsivante y estabilizador del trastorno bipolar hasta el posterior conocimiento de los graves efectos adversos provocados por el mismo.