El análisis de todo el genoma identifica 30 loci asociados con el trastorno obsesivo-compulsivo

29 de mayo de 2025

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) afecta aproximadamente al 1% de niños y adultos y es parcialmente causado por factores genéticos. Los autores llevaron a cabo un meta-análisis de estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) e identificaron 30 loci significativos. Los enfoques basados en genes identificaron 249 genes efectores potenciales para el TOC y 25 de ellos como los candidatos causales más probables, incluyendo WDR6, DALRD3 y CTNND1 y múltiples genes en la región del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC).

Aproximadamente 11.500 variantes genéticas explicaron el 90% de la heredabilidad genética del TOC. El riesgo genético del TOC se asoció con neuronas excitatorias en el hipocampo y la corteza, junto con neuronas espinosas medianas que contienen receptores de dopamina de tipo D1 y D2.

El TOC compartía el riesgo genético con la ansiedad, la depresión, la anorexia nerviosa y el síndrome de Tourette, y se asoció negativamente con las enfermedades inflamatorias intestinales, el nivel educativo y el índice de masa corporal.

Comentado en Diario Médico

Por Alfredo Calcedo 13 de octubre de 2025
Esta es una serie de tres artículos sobre el nuevo panorama clínico de la enfermedad de Alzheimer publicados en Lancet. Disponibles en abierto en: https://www.thelancet.com/series-do/alzheimers-disease 1. Nuevo panorama del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer En este primer artículo de la serie, revisamos las prácticas diagnósticas de vanguardia y la experiencia típica del paciente en entornos especializados, donde los médicos realizan un diagnóstico diferencial para establecer si la patología de Alzheimer (depósito cerebral de β-amiloide y tau hiperfosforilada) contribuye al deterioro cognitivo. Los biomarcadores que indican desregulación de la homeostasis de β-amiloide y tau, medidos con PET y análisis de líquido cefalorraquídeo, permiten un diagnóstico a nivel molecular, un paso obligatorio para definir la elegibilidad para los tratamientos antiamiloide recientemente aprobados. Prevemos que los biomarcadores sanguíneos de fácil acceso, ya disponibles en algunos países, conducirán a una nueva revolución diagnóstica y provocarán cambios importantes en los sistemas de atención sanitaria en todo el mundo. 2. Tratamiento de la enfermedad de Alzheimer En este segundo artículo de la serie, ofrecemos consejos prácticos y realistas sobre cómo priorizar las estrategias farmacológicas y no farmacológicas para mejorar el deterioro cognitivo y los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia. En este entorno clínico, los especialistas en demencia se enfrentan al reto de integrar de forma holística los tan esperados y, en algunos aspectos, controvertidos anticuerpos monoclonales anti-β amiloide. En este artículo, presentamos el escenario actual de aprobación de los anticuerpos monoclonales, nuestra perspectiva sobre cómo podrían contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes y cómo podrían integrarse perfectamente con las mejores opciones de atención existentes. 3.  Perspectivas de la enfermedad de Alzheimer: controversias y direcciones futuras Por primera vez, se han logrado reducciones en la carga patológica cerebral de β-amiloide y la tasa de deterioro cognitivo y funcional en la enfermedad de Alzheimer mediante intervención farmacológica en ensayos controlados aleatorizados. Sin embargo, los resultados de los ensayos controlados aleatorizados de fase 3 de anticuerpos monoclonales anti-β-amiloide se interpretan de diferentes maneras: algunos expertos respaldan un efecto modificador de la enfermedad clínicamente significativo, mientras que otros consideran insuficiente la relación beneficio-riesgo y se oponen a la autorización de comercialización. En el artículo final de esta serie, analizamos estas opiniones contrapuestas, todas ellas con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas con o en riesgo de padecer Alzheimer.
Por Alfredo Calcedo 13 de octubre de 2025
Revisión sistemática sobre la evidencia actual de la evidencia sobre la eficacia y la seguridad de la Estimulación magnética transcraneal (EMT) en adultos con TOC y adolescentes con depresión. Para el TOC, cuatro de seis ensayos controlados aleatorizados (ECA) informaron reducciones significativas en las puntuaciones de Y-BOCS con EMT activa en comparación con placebo, dirigidas a regiones como la corteza cingulada anterior dorsal (dACC), la corteza orbitofrontal (OFC) y el área motora suplementaria (SMA). Los protocolos fueron altamente heterogéneos, incluida la estimulación acelerada con ráfagas theta. Para la depresión adolescente, un ECA que combinaba EMT repetitiva (EMTr) con fluoxetina en pacientes con un primer episodio mostró tasas de respuesta muy altas en comparación con el placebo. Dos estudios abiertos sobre depresión resistente al tratamiento informaron una reducción de los síntomas y cambios neuronales correlacionados, aunque carecían de grupos de control. La EMT fue generalmente bien tolerada, con eventos adversos principalmente leves; se informó un evento grave (un caso de síncope convulsivo que se resolvió sin secuelas). Las pruebas neurocognitivas no mostraron efectos negativos. La EMT se muestra prometedora como una intervención eficaz y segura tanto para adultos con TOC como para adolescentes con depresión, aunque la evidencia aún está en desarrollo. Existe una variabilidad significativa en los protocolos y una falta de datos de seguimiento a largo plazo. La brecha más crítica es la ausencia de predictores robustos que guíen la selección del tratamiento personalizado.
Por Alfredo Calcedo 13 de octubre de 2025
Estudio retrospectivo publicado en la revista The Lancet que analiza cómo se ajusta la prescripción de antipsicóticos en personas con demencia a las directrices del Instituto NICE (Reino Unido), que recomiendan dosis bajas y tratamientos breves (de 1 a 3 meses). Principales hallazgos Duración excesiva: Más del 50 % de los pacientes recibieron antipsicóticos durante al menos 7 meses, superando ampliamente las recomendaciones del NICE. Dosis inicial elevada: Cerca del 20 % comenzó el tratamiento con dosis superiores a la mínima efectiva, y un tercio recibió dosis moderadas o altas durante el primer año. Reanudación frecuente: Más de la mitad de quienes interrumpieron el tratamiento lo reiniciaron posteriormente. Conclusiones Existe una brecha significativa entre las guías clínicas y la práctica real, tanto en duración como en dosificación. Las intervenciones psicológicas y psicosociales podrían reducir el uso de antipsicóticos, aunque la evidencia aún es limitada. Se propone invertir en estrategias no farmacológicas, mejorar la formación del personal en el manejo conductual y en el reconocimiento del delirio, para fomentar una atención más segura y centrada en la persona. Estos hallazgos ponen de relieve la persistente brecha entre las directrices clínicas y la prescripción en la práctica clínica, lo que subraya la necesidad de intervenciones que prioricen la seguridad y la atención a la demencia centrada en la persona.