El papel del “deterioro” en el diagnóstico del autismo
El DSM-5-TR y la CIE-11 exigen evidencia de que haya un "deterioro" para cumplir con el umbral diagnóstico del trastorno del espectro autista, en adelante denominado autismo. Ninguno de los dos manuales proporciona una guía detallada sobre qué constituye un deterioro ni cómo evaluarlo, lo que genera diferentes interpretaciones entre los profesionales. En el Reino Unido, el movimiento de la neurodiversidad ha cobrado impulso en los últimos años, lo que ha influido en el panorama sociocultural que rodea al autismo y la neurodivergencia en general. En este panorama cambiante, muchas personas cuestionan la necesidad de que haya un deterioro para hacer el diagnóstico. Este editorial presenta algunos de los debates sociales y clínicos actuales sobre el papel del "deterioro" en el diagnóstico del autismo. También destaca la necesidad de profundizar en el debate sobre las conceptualizaciones de la variación esperada dentro de la población general y las definiciones operativas de deterioro.
En resumen, dentro del modelo médico, se requiere la presencia de una discapacidad para el diagnóstico de autismo. La falta de identificación del deterioro plantearía la cuestión de cómo asignar recursos a las personas con características autistas y qué tipo de tratamiento o apoyo se les debe ofrecer. Se requieren más debates para alcanzar un consenso sobre cómo gestionar la evaluación del deterioro en este panorama en constante evolución.


