Etiología genética compartida entre las enfermedades del tracto gastrointestinal y los trastornos psiquiátricos

23 de octubre de 2023

Un gran análisis genómico encuentra correlaciones genéticas generalizadas y solapamientos genéticos entre las enfermedades del tracto gastrointestinal y los trastornos psiquiátricos.


Por ejemplo, algunos genes, como el FU2, están estrechamente relacionados con la prevalencia de determinadas especies bacterianas y la composición general del microbioma intestinal. Entre las asociaciones más sorprendentes halladas en este estudio, los autores señalan que las variantes del gen FU2 estaban muy relacionadas con la úlcera péptica, la esquizofrenia y el TDAH. Es posible que la variante FU2, al alterar la secreción de antígenos en las superficies mucosas del intestino, pueda alterar la susceptibilidad del huésped a patógenos infecciosos y aumentar el riesgo de padecer úlceras y enfermedades mentales.



El estudio aporta más pruebas del papel del eje intestino-cerebro en la salud y de los fundamentos genéticos compartidos entre los trastornos gastrointestinales y psiquiátricos, así como el potencial de posibles intervenciones para el tratamiento de estos trastornos.

Comentado en Psychiatric News


Por Alfredo Calcedo 16 de julio de 2025
Muchos suicidios ocurren en lugares públicos, generalmente al saltar desde alturas o usar el transporte público. Investigaciones previas se han centrado principalmente en la eficacia de las barreras físicas en lugares de uso frecuente. No existen estudios sobre la intervención humana para prevenir suicidios en lugares públicos. El objetivo de este estudio fue identificar los componentes esenciales de una intervención eficaz por parte de un ciudadano para evitar el suicidio de una persona. Método. Se realizaron entrevistas cualitativas exhaustivas con personas a quienes un desconocido les impidió suicidarse en un lugar público (n=12) o a quienes se intervino para evitar que un desconocido se quitara la vida en un lugar público (n=21). En conjunto, ambos grupos relataron 50 incidentes de rescate por suicidio. Conclusiones: Este es el primer estudio empírico que examina el papel de los desconocidos que pasan por el lugar en la prevención de suicidios en lugares públicos. Demuestra que no se necesitan habilidades especiales. Los interventores fueron personas comunes, distinguidas solo por un alto nivel de conciencia social, combinado con una disposición para la acción social. Los hallazgos también sugieren que las personas no necesitan un guion y no deben tener miedo de decir "algo incorrecto". Lo que dijeron los interventores fue mucho menos importante que cómo hicieron sentir a la persona suicida, es decir, segura, conectada y validada ("Yo importo"). Los interventores lograron esto simplemente siendo ellos mismos, respondiendo con autenticidad, calma y compasión. Es necesario alentar a los miembros del público a reconocer y acercarse a aquellos que pueden estar en riesgo de suicidio en lugares públicos, pero deben estar preparados para un encuentro prolongado e intenso que puede dejarlos con emociones perturbadoras.
Por Alfredo Calcedo 16 de julio de 2025
A pesar de la alta prevalencia del trastorno por consumo de alcohol (TUA), solo una minoría de pacientes recibe los tratamientos farmacológicos recomendados, posiblemente debido a la incertidumbre sobre la eficacia real de estos medicamentos. En este estudio de registro , se analizan datos de registros nacionales para investigar la asociación entre los medicamentos aprobados para el TUA (naltrexona, acamprosato, disulfiram y nalmefeno) y el riesgo de hospitalizaciones relacionadas con el alcohol en personas con TUA. Resultados La exposición a naltrexona o disulfiram, o una combinación de ambos, se asoció significativamente con un menor riesgo de hospitalizaciones relacionadas con el alcohol, mientras que el acamprosato y el nalmefeno no. En la actualidad, los tratamientos farmacológicos están infrautilizados entre las personas con trastorno por consumo de alcohol. Limitaciones La estimación de los períodos de exposición se basó en datos de prescripción. Sólo se consideraron en los análisis aquellos individuos que tuvieron contacto con el sistema de salud y recibieron un diagnóstico de TUA.
Por Alfredo Calcedo 15 de julio de 2025
El artículo explora el debate creciente entre profesionales de la salud mental sobre si el trastorno límite de la personalidad (TLP) debería ser reclasificado como un trastorno por trauma , específicamente como trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT-C). Esta discusión surge del reconocimiento de que muchas personas diagnosticadas con TLP, especialmente mujeres, tienen antecedentes de abuso y trauma infantil. El TLP se caracteriza por dificultades emocionales, cambios de humor intensos, autolesiones, pensamientos suicidas y una imagen personal inestable. La doctora Karen Williams, que dirige una clínica especializada en trauma para mujeres, sostiene que el diagnóstico de TLP es profundamente marcado por el género, y que muchas mujeres con este diagnóstico han sufrido abusos. En contraste, los hombres con experiencias traumáticas similares suelen recibir el diagnóstico de TEPT. Williams afirma que no hay síntomas en el TLP que no estén también presentes en el TEPT. La profesora Jayashri Kulkarni y la doctora Eveline Mu están desarrollando tratamientos farmacológicos que apuntan a la neuroquímica alterada por el trauma, como el sistema de glutamato. Están probando el uso de memantina, un medicamento aprobado para el Alzheimer, en pacientes con TLP/TEPT-C. Su hipótesis es que el trauma crónico altera el funcionamiento cognitivo a través del sistema glutamatérgico. Williams critica los entornos hospitalarios tradicionales, donde las mujeres con síntomas agudos comparten espacios con hombres en crisis, lo que puede agravar el trauma. Su clínica ofrece un programa de tres semanas centrado en el autocuidado, el ejercicio y la educación sobre relaciones saludables. Los resultados han sido positivos, con pacientes que recuperan funcionalidad y autoestima. Mientras algunos expertos abogan por abandonar el término TLP por su carga moral y estigmatizante, otros como Chanen defienden su utilidad clínica. Él argumenta que el TLP refleja problemas de identidad y relaciones que no siempre derivan del trauma. Además, advierte que cambiar el nombre podría invalidar la experiencia de quienes no han sufrido abusos. La psiquiatra Loyola McLean sugiere que el TLP y el TEPT-C podrían representar aspectos distintos de una misma condición. Reconoce que el trauma temprano tiene un impacto profundo en el desarrollo físico y psicológico, y que la medicina occidental aún lucha por integrar cuerpo y mente
Más entradas