Redefinir el TLP
El artículo explora el debate creciente entre profesionales de la salud mental sobre si el trastorno límite de la personalidad (TLP) debería ser reclasificado como un trastorno por trauma, específicamente como trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT-C). Esta discusión surge del reconocimiento de que muchas personas diagnosticadas con TLP, especialmente mujeres, tienen antecedentes de abuso y trauma infantil. El TLP se caracteriza por dificultades emocionales, cambios de humor intensos, autolesiones, pensamientos suicidas y una imagen personal inestable.
La doctora Karen Williams, que dirige una clínica especializada en trauma para mujeres, sostiene que el diagnóstico de TLP es profundamente marcado por el género, y que muchas mujeres con este diagnóstico han sufrido abusos. En contraste, los hombres con experiencias traumáticas similares suelen recibir el diagnóstico de TEPT. Williams afirma que no hay síntomas en el TLP que no estén también presentes en el TEPT.
La profesora Jayashri Kulkarni y la doctora Eveline Mu están desarrollando tratamientos farmacológicos que apuntan a la neuroquímica alterada por el trauma, como el sistema de glutamato. Están probando el uso de memantina, un medicamento aprobado para el Alzheimer, en pacientes con TLP/TEPT-C. Su hipótesis es que el trauma crónico altera el funcionamiento cognitivo a través del sistema glutamatérgico.
Williams critica los entornos hospitalarios tradicionales, donde las mujeres con síntomas agudos comparten espacios con hombres en crisis, lo que puede agravar el trauma. Su clínica ofrece un programa de tres semanas centrado en el autocuidado, el ejercicio y la educación sobre relaciones saludables. Los resultados han sido positivos, con pacientes que recuperan funcionalidad y autoestima.
Mientras algunos expertos abogan por abandonar el término TLP por su carga moral y estigmatizante, otros como Chanen defienden su utilidad clínica. Él argumenta que el TLP refleja problemas de identidad y relaciones que no siempre derivan del trauma. Además, advierte que cambiar el nombre podría invalidar la experiencia de quienes no han sufrido abusos.
La psiquiatra Loyola McLean sugiere que el TLP y el TEPT-C podrían representar aspectos distintos de una misma condición. Reconoce que el trauma temprano tiene un impacto profundo en el desarrollo físico y psicológico, y que la medicina occidental aún lucha por integrar cuerpo y mente
