Por Alfredo Calcedo
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29 de julio de 2025
Un nuevo estudio de la Universidad de California, Berkeley, revela un sesgo psicológico que lleva a las personas a evitar retroceder en sus acciones, incluso cuando hacerlo sería más eficiente. Este fenómeno, llamado aversión a retroceder, se manifiesta como una resistencia emocional a deshacer parte del progreso ya realizado, aunque eso permita alcanzar un objetivo más rápido o con menos esfuerzo. Componentes del sesgo Los investigadores identificaron dos factores que alimentan esta aversión: Eliminación del trabajo previo : Sentimiento de que el esfuerzo anterior se desperdicia. Reencuadre de la tarea : Percepción de que lo que queda por hacer es una tarea completamente nueva, más difícil, en lugar de una continuación. Ejemplos ilustrativos En una tarea de generación de palabras, solo el 25.5% de los participantes cambiaron a una opción más fácil cuando se les dijo que implicaba “empezar de nuevo”. Pero cuando se les presentó como “continuar con el resto”, el 75.4% hizo el cambio. Diferencias con otros sesgos Este sesgo no es lo mismo que el sesgo del costo hundido (seguir invirtiendo en algo por lo ya gastado) ni el sesgo de status quo (preferencia por lo conocido). La aversión a la duplicación se basa en la incomodidad emocional de borrar el progreso visible, no en el costo económico ni en la familiaridad. Implicaciones prácticas Este sesgo puede afectar decisiones en: Gestión de proyectos Desarrollo de software Planificación estratégica Elecciones personales (como cambiar de carrera o de ruta al conducir) Conclusión La investigación sugiere que reconocer este sesgo puede ayudarnos a tomar decisiones más inteligentes. A veces, dar un paso atrás es el camino más rápido hacia adelante . Reencuadrar nuestras opciones como oportunidades de mejora, en lugar de reinicios, puede reducir esta resistencia irracional. Comentado en Debrief