Los efectos nocebo son más fuertes y persistentes que los efectos placebo en individuos sanos
El estudio busca comparar directamente la magnitud y duración de los efectos placebo y nocebo en individuos sanos, utilizando un diseño intra-sujeto. También explora los factores psicológicos que podrían influir en la persistencia de estos efectos.
Los resultados indican que, si bien se observaron efectos placebo y nocebo significativos en los días 1 y 8 del estudio, el efecto nocebo fue consistentemente más intenso. Ambos efectos se vieron influenciados principalmente por la experiencia más reciente de reducción y aumento del dolor, pero también fueron susceptibles a factores psicológicos.
Factores psicológicos
- Las experiencias recientes de dolor influyeron más que las instrucciones verbales.
- Las personas más sensibles a sensaciones corporales mostraron menor efecto placebo.
- Aquellos que consideraban competente al experimentador mostraron mayor efecto nocebo. Si bien la competencia del profesional, junto con la calidez percibida, generalmente mejora las expectativas positivas del tratamiento y el resultado del tratamiento, también podría hacer que las sugerencias negativas sean más convincentes y, por lo tanto, amplificar las respuestas nocebo a través del aumento de la ansiedad o la hipervigilancia. Este hallazgo subraya la naturaleza de doble filo de la competencia en las interacciones entre pacientes y médicos, donde una mayor credibilidad podría fortalecer inadvertidamente los efectos nocebo.
Implicaciones clínicas
- Los efectos nocebo pueden afectar negativamente la adherencia a tratamientos.
- Es crucial evitar inducir expectativas negativas en pacientes.
- Se recomienda mejorar la comunicación médico-paciente para minimizar efectos nocebo:
- Enmarcar positivamente la información.
- Evitar enfatizar efectos secundarios innecesariamente.
- Fomentar la confianza.
Los hallazgos subrayan la naturaleza duradera de los efectos placebo y nocebo en el dolor, con respuestas nocebo que demuestran una mayor intensidad de forma consistente, lo cual es consistente con una estrategia evolutivamente ventajosa frente al dolor de "más vale prevenir que curar".


