Necesidad de una definición consensuada de salud mental

14 de febrero de 2024

Artículo que aborda la importancia de establecer una definición consensuada de la salud mental. A lo largo de la historia, han surgido, diversas definiciones pero ninguna ha sido completamente satisfactoria. A continuación, un resumen los puntos clave del artículo:

1.    Orígenes de la conceptualización de la salud mental:

  • En 1948, J.C. Flugel propuso una definición inicial como “una condición que permite el desarrollo óptimo, físico, intelectual y emocional del individuo, compatible con el de otros”.
  • En 1950, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud mental como “una condición sujeta a fluctuaciones debido a factores biológicos y sociales, que permite al individuo lograr una síntesis satisfactoria de sus impulsos instintivos potencialmente conflictivos, mantener relaciones armoniosas con otros y participar en cambios constructivos en su entorno social y físico”. Sin embargo, esta definición no incluía el concepto de bienestar.
  • En 2004, la OMS proporcionó una definición de salud mental como “un estado de bienestar en el que el individuo realiza sus propias habilidades, puede enfrentar el estrés normal de la vida, trabajar de manera productiva y contribuir a su comunidad”. Esta definición se basa en las perspectivas “hedónica” (bienestar emocional) y “eudaimónica” (autorrealización).

2.    Debate sobre la definición de salud mental:

  • Parece haber acuerdo en que la salud mental no es sólo la mera ausencia de enfermedad mental, pero la relación del concepto con el de bienestar mental sigue siendo poco clara o equívoca.
  • Algunos argumentan que enfocarse en sentimientos positivos y autorrealización excluye situaciones donde la experiencia humana es triste, repugnante o aterradora.
  • El requisito de productividad y/o contribución a la comunidad no abarca a adolescentes que luchan por encontrar su lugar en la comunidad, personas mayores que ya no pueden trabajar productivamente y miembros de grupos minoritarios marginados.

En resumen, el artículo destaca la necesidad de una definición consensuada que considere tanto el bienestar emocional como la autorrealización, pero también reconozca la complejidad de la experiencia humana.

Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Nueva guía británica (NHS) sobre mejores prácticas para la evaluación, formulación y gestión de la seguridad de las personas con riesgo suicida . Esta guía promueve un cambio hacia un enfoque más holístico y centrado en la persona, en lugar de basarse en la predicción del riesgo, la cual es poco fiable debido a la rapidez con la que los pensamientos suicidas pueden cambiar. En su lugar, recomienda utilizar un método basado en la comprensión de la situación de cada persona y la gestión de su seguridad.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo publicado en Psychiatric Times acerca de la práctica en psiquiatría , que a pesar de ser una disciplina pragmática que busca aliviar el sufrimiento de los pacientes con diversas herramientas, a menudo se ve obstaculizada por la rigidez de sus modelos teóricos y el tribalismo entre diferentes enfoques (psicoanalítico, farmacológico, etc.). Esta división puede llevar a la aplicación inflexible de etiquetas diagnósticas y tratamientos, ignorando la complejidad individual de cada paciente. El autor ilustra este punto con tres historias conmovedoras: Ray Osheroff: Un nefrólogo con depresión que fue mal diagnosticado y tratado exclusivamente con terapia psicoanalítica en Chestnut Lodge, lo que empeoró su condición hasta que fue trasladado y tratado con antidepresivos, revelando la arrogancia de un enfoque único. Susannah Cahalan: Una joven con una rara enfermedad autoinmune que causó psicosis, inicialmente diagnosticada erróneamente con problemas psiquiátricos y tratada con antipsicóticos, hasta que un neurólogo investigó más a fondo, exponiendo los peligros del reduccionismo psiquiátrico. Laura Delano: Una joven que fue diagnosticada con múltiples trastornos psiquiátricos y medicada durante 14 años desde la adolescencia, hasta que decidió dejar la medicación y recuperó una vida plena, cuestionando la tendencia a la patologización excesiva. Los autores concluyen que estas historias son lecciones de humildad para la psiquiatría. En lugar de defender rígidamente un solo paradigma, los profesionales deben adoptar un enfoque más flexible, pragmático y escéptico, combinando diferentes herramientas terapéuticas según las necesidades del paciente y reconociendo las limitaciones del campo ante la complejidad del sufrimiento humano. La clave está en la adaptabilidad y la capacidad de cuestionar las propias creencias para evitar el exceso de confianza que puede eclipsar la realidad con el paciente.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo de opinión publicado en Redacción Médica sobre las dificultades para distinguir los límites que separan lo normal y lo patológico en salud mental. Destaca la difusa frontera entre lo normal y lo patológico, agravada por la subjetividad inherente a la condición humana y la relevancia de la psique en las relaciones interpersonales. A esto se suma una intolerancia cultural hacia la incomodidad, que fomenta la medicalización de experiencias humanas normales, como el duelo, la inseguridad laboral o la irritación ante problemas sociales, llevando a un consumo excesivo de psicofármacos. Los autores critican un abordaje superficial de estos problemas en el sistema sanitario, centrado en tratar síntomas y no en las causas profundas, lo que contribuye a la iatrogenia y al abuso de medicamentos. Destacan que la reciente aprobación de un nuevo plan de salud mental por el consejo interterritorial busca, entre otros objetivos, reducir este abuso promoviendo un enfoque comunitario. El plan incluye el refuerzo de recursos humanos en salud mental y la incorporación de psicólogos y acceso a psicoterapia. Sin embargo, advierte que una implementación acrítica podría aumentar la "psicologización" inadecuada. Sugiere que sería más efectivo permitir a los profesionales de atención primaria consultar a psicólogos en lugar de derivar directamente a los pacientes. Aunque se valora el énfasis del plan en alternativas a la institucionalización, los autores critican su falta de atención a la medicalización en salud mental y señala que propuestas como la "prescripción social" no abordan las causas reales de la demanda. Proponen, en cambio, un enfoque genuinamente comunitario, que promueva políticas públicas saludables en educación, trabajo, vivienda y ocio, implicando sectores más allá del sanitario para abordar las fuentes de malestar y desigualdad. Finalmente, el texto aboga por estrategias intersectoriales como las sugeridas por la OMS en su iniciativa "Salud en todas las políticas" y podría ser un paso positivo si fomenta la prevención de la medicalización inadecuada y fortalece la atención primaria y comunitaria para promover la salud colectiva en colaboración con otros sectores sociales.
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