Obesidad y salud mental
La obesidad, una enfermedad crónica y multifactorial, se ha convertido en un importante problema de salud pública y es la gran epidemia del siglo XXI.
Las repercusiones negativas de esta patología se extienden a la salud digestiva, a la cardiovascular, la musculoesquelética, a la relacionada con la fertilidad y también a la mental. La relación entre obesidad y salud mental es bidireccional; una puede influir sobre la otra y viceversa. Es como una especie de 'círculo vicioso' que se retroalimenta pues la carga emocional, el estigma y la falta de empatía que acompañan a esta enfermedad repercuten negativamente en su evolución.
Obesidad y salud mental están, por tanto, estrechamente ligadas: una inadecuada salud emocional puede influir en el desarrollo de la obesidad. Pero esta, también es capaz de agravar trastornos como ansiedad y depresión. De hecho, la obesidad incrementa en un 30% el riesgo de desarrollar un trastorno de ansiedad y 55% más de posibilidades de desarrollar depresión. Además, las personas con depresión tienen un 58% más de riesgo de presentar obesidad.


