¿Por qué el consumo de tabaco, alcohol y cannabis está relacionado con las enfermedades mentales?

15 de julio de 2024

Este artículo “Enfermedad mental y consumo de sustancias: los genes muestran una vía de doble sentido” publicado en Psyche explora la compleja relación bidireccional entre el uso de sustancias y las enfermedades mentales.

El artículo destaca que el uso de sustancias como el tabaco, el alcohol y el cannabis está comúnmente asociado con enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. Sin embargo, determinar la causa exacta de esta asociación es complicado. La investigación reciente sugiere que tanto las experiencias vitales que aumentan el riesgo de enfermedades mentales como el uso de sustancias pueden estar interrelacionadas.

Una de las hipótesis es que los síntomas de enfermedades mentales pueden llevar a un mayor uso de sustancias. Por ejemplo, alguien con depresión o ansiedad podría recurrir al alcohol o al cannabis para aliviar sus síntomas. Sin embargo, también es posible que el uso de sustancias psicoactivas pueda desencadenar enfermedades mentales. Este enfoque bidireccional es crucial para entender la relación entre ambos factores.

El artículo también menciona que los ensayos controlados aleatorios, que son el estándar para determinar la causalidad, no son éticamente viables en este contexto. En su lugar, los estudios de cohortes y los métodos de aleatorización mendeliana se utilizan para investigar estas relaciones. Estos métodos ayudan a identificar si ciertos genes están asociados tanto con el uso de sustancias como con las enfermedades mentales, lo que podría explicar su co-ocurrencia.

En resumen, la relación entre el uso de sustancias y las enfermedades mentales es compleja y bidireccional. Comprender esta relación puede mejorar la prevención y el tratamiento de ambas condiciones, proporcionando una visión más completa de cómo los factores genéticos y ambientales interactúan para influir en la salud mental y el comportamiento de uso de sustancias.

Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
Estimados compañeros/as, ya estamos preparando el próximo Congreso Nacional de la SEPL, que como sabéis la sede será en Vitoria, los días 14-16 de mayo de 2026. Por dificultades en la web actual de la SEPL hemos creado para este congreso una web paralela que acoja toda la información relativa al congreso (programa, inscripciones, alojamiento y participación mediante póster). Es decir, para cualquier información relacionada con el congreso 2026, tendrás que dirigirte y consultar en esta nueva Web El enlace de contacto con esta nueva Web del congreso Vitoria 2026 es: https://psiquiatrialegal2026.com/ Disculpad las molestias. Falta terminar el programa del congreso que lo publicaremos en los próximos días. ¡Nos vemos!
Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
El artículo examina si la atención de afirmación de género (AAG) constituye un ejemplo contemporáneo de politización de la psiquiatría. La autora plantea que, aunque AAG se presenta como un tratamiento médicamente necesario para personas trans, la evidencia científica que lo respalda es limitada y metodológicamente débil. Además, se señalan riesgos potenciales asociados, como infertilidad, disfunción sexual y efectos adversos a largo plazo. Resumen del artículo Objetivo: Fomentar el debate sobre si la atención afirmativa de género es una política gubernamental impuesta a los psiquiatras en las primeras décadas del siglo XXI. Conclusión: La atención afirmativa de género (AAG) es un enfoque de tratamiento altamente controvertido para menores con malestar de género. La AAG posee varias características únicas que potencialmente la definen como un movimiento político más que como una intervención sanitaria, entre ellas: su disponibilidad en función de la política gubernamental en lugar de la evidencia científica; la presión percibida sobre los profesionales clínicos para implementar la AAG; el uso obligatorio de símbolos visuales y lenguaje para señalar la adhesión al modelo en el ámbito laboral; y la participación de organizaciones activistas en la orientación de su implementación en los servicios de salud. La AAG se alinea con ejemplos históricos de politización de la psiquiatría al proporcionar una fachada para que los gobiernos implementen una agenda política impopular sin recurrir abiertamente a formas manifiestas de autoritarismo. Disfrazar la AAG como un tratamiento psiquiátrico logró obstaculizar el debate público al sugerir que los psiquiatras poseen un grado de conocimiento médico sobre el malestar de género del que carece la población. Los profesionales clínicos disidentes de la atención de afirmación de género (AAG) se enfrentan a presiones sociales y temen riesgos para su empleo y su registro médico. Dos sentencias recientes del Tribunal de Familia en Australia demuestran aún más los mecanismos por los cuales la AAG se mantiene vigente gracias a los profesionales clínicos activistas apoyados por una agenda gubernamental. En resumen, el artículo sostiene que la implementación de AAG no responde únicamente a criterios médicos, sino que incorpora componentes políticos que afectan la autonomía profesional y reducen el espacio para el debate científico. La autora propone una discusión crítica sobre si estas políticas se ajustan a los principios éticos y científicos de la psiquiatría o si representan una nueva forma de su instrumentalización.
Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
Desde 2024–2025, siete comunidades autónomas (Baleares, Navarra, La Rioja, País Vasco, Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña) han comenzado a contratar psicólogos sin PIR (Psicólogo Interno Residente) en Atención Primaria, basándose en el Máster Sanitario General Único o mediante decreto propio. En contraste, ocho comunidades han descartado esta vía (Comunidad de Madrid, Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia, Murcia y Extremadura) y exigen psicólogos con PIR para Atención Primaria, argumentando cumplimiento legal. Este panorama revela una fragmentación autonómica, sin correlación con el signo político de los gobiernos : tanto regiones gobernadas por PP como por PSOE se alinean en ambos bandos. En resumen, la incorporación de psicólogos sin PIR en Atención Primaria ha generando una disputa entre impulsores —que alegan falta de profesionales y apoyo institucional— y detractores —que advierten de ilegalidad, desprofesionalización y debilidad del modelo clínico. La disparidad autonómica —sin vínculo claro con orientación política— refleja un país dividido sobre la aplicación del PIR, marcado por tensiones sociales, jurídicas y asistenciales.