Pruebas psiquiátricas en casos de inmigración y asilo en el Reino Unido

17 de diciembre de 2024

En este artículo se analiza de forma crítica la jurisprudencia, las directrices y los estándares relacionados con la presentación de pruebas psiquiátricas periciales en casos de inmigración y asilo en el Reino Unido. Se analiza el proceso potencialmente complejo y médicamente desafiante de la evaluación psiquiátrica de los solicitantes de asilo, y las implicaciones de la presencia de trastornos psiquiátricos para cuestiones como la capacidad del individuo para dar testimonio oral en el tribunal, la detención de inmigrantes, la aptitud para volar, la expulsión, la deportación, la capacidad de reintegrarse en el país de destino y los derechos de apelación.

Las pruebas psiquiátricas son una parte importante del proceso de inmigración y asilo en el Reino Unido. Los psiquiatras que proporcionan pruebas periciales en este campo deben ser conscientes de la atención pública, política y mediática que atraen estos casos y de las normas y prácticas necesarias para la preparación de informes psiquiátricos. El proceso de inmigración y asilo necesita más redactores de informes psiquiátricos para fundamentar decisiones justas cuando estos informes sean pertinentes. Los psiquiatras que deseen adquirir experiencia en esta área se beneficiarían de la formación que ofrecen organizaciones especializadas como Medical Justice, Freedom from Torture y la Fundación Helen Bamber.

Los solicitantes de asilo suelen denunciar una historia de trauma, trata de personas o tortura. La credibilidad de su relato sigue siendo una cuestión que el Ministerio del Interior y el tribunal de inmigración y asilo deben determinar. Las pruebas psiquiátricas objetivas y razonadas pueden ayudar al Ministerio del Interior, al tribunal y a los juzgados en esta determinación, y también en una serie de otras cuestiones, incluido el diagnóstico de trastorno mental, la aptitud para dar instrucciones y el posible impacto de la detención y expulsión o deportación en la salud mental y el riesgo de autolesión y suicidio. Al preparar informes psiquiátricos en tales casos, se deben seguir las normas y expectativas del Tribunal de Primera Instancia (Cámara de Inmigración y Asilo) y su Tribunal Superior para permitir que el tribunal tome decisiones en casos a menudo complejos y controvertidos. Se deben consultar los registros médicos del individuo y se deben dar las razones de cualquier diagnóstico aparentemente omitido, como el trastorno de estrés postraumático.

Por Alfredo Calcedo 30 de octubre de 2025
Este estudio, realizado mediante una encuesta a estudiantes universitarios, investiga por qué algunas personas que no tienen un trastorno mental escuchan voces, algo que normalmente se asocia con condiciones como la esquizofrenia. El objetivo es entender mejor cómo se relacionan estos tres aspectos psicológicos: 1. El habla interna (lo que nos decimos a nosotros mismos en la mente). 2. La absorción (la capacidad de sumergirse profundamente en pensamientos, fantasías o actividades). 3. Las experiencias similares a alucinaciones auditivas (escuchar voces sin que haya una fuente externa real). Resultados Escuchar voces no es tan raro: muchas personas sin diagnóstico psiquiátrico reportan haber tenido alguna vez experiencias de este tipo. Algunos estudios epidemiológicos a gran escala han estimado que entre el 3 % y el 10 % de los adultos de la población general reportan algún tipo de experiencia de oír voces Las personas que usan mucho el habla interna (especialmente en forma de diálogo interno o con voces distintas) tienen más probabilidad de reportar haber escuchado voces. La absorción también está relacionada: quienes se sumergen más en sus pensamientos o fantasías tienden a tener más experiencias de tipo alucinatorio. La combinación de habla interna compleja + alta absorción parece ser un factor importante en la aparición de estas experiencias. Conclusión Escuchar voces no siempre indica una enfermedad mental. Puede ser parte de la experiencia humana normal, especialmente en personas con gran diálogo interno y una imaginación intensa. Comprender estos mecanismos puede ayudar a reducir el estigma y mejorar el enfoque clínico hacia quienes escuchan voces, diferenciando entre experiencias benignas y patológicas.
Por Alfredo Calcedo 30 de octubre de 2025
Este estudio analiza mediante resonancias magnéticas estructurales cómo el envejecimiento afecta la geometría espacial del cerebro, es decir, su forma global y la disposición relativa de sus regiones. A diferencia de estudios anteriores que se centraban en cambios de volumen o grosor cortical, esta investigación propone que los cambios en la forma y las distancias espaciales entre regiones cerebrales pueden ofrecer una visión más completa del envejecimiento cerebral. Principales hallazgos Cambios globales en la forma del cerebro : El envejecimiento se asocia con patrones distintivos de expansión y compresión a lo largo de diferentes gradientes cerebrales, que afectan especialmente a las regiones frontotemporales. Con la edad, el cerebro muestra una expansión en las regiones inferiores y anteriores. Al mismo tiempo, hay una compresión en las regiones superiores y posteriores. Estos cambios siguen un patrón de gradiente espacial. Relación con el deterioro cognitivo : Patrones específicos de expansión y compresión global y regional se asociaron de forma estrecha a disfunción cognitiva, especialmente en memoria episódica y funciones ejecutivas. Estos hallazgos sugieren que los cambios en la geometría espacial del cerebro envejecido podrían tener consecuencias en la eficiencia de la comunicación entre las regiones cerebrales que podrían subyacer al deterioro cognitivo con el envejecimiento Distancias entre regiones homólogas : La distancia entre algunas regiones aumenta con la edad, especialmente entre estructuras subcorticales (como el tálamo, caudado, amígdala). Algunas regiones, como la corteza parietal superior, muestran compresión. Estos cambios no se explican únicamente por la atrofia o el aumento del tamaño de los ventrículos. Importancia de la geometría cerebral : La forma del cerebro influye en su dinámica funcional. Cambios en la geometría podrían afectar la eficiencia del procesamiento cerebral y contribuir al declive cognitivo. Conclusiones El envejecimiento no solo reduce el volumen cerebral, sino que reorganiza su forma y estructura espacial. Estos cambios geométricos podrían ser biomarcadores útiles para detectar y entender el deterioro cognitivo. La geometría cerebral es un aspecto clave y poco explorado que merece más atención en la neurociencia del envejecimiento. Comentado en Psypost.
Por Alfredo Calcedo 29 de octubre de 2025
El acoso escolar es un problema pernicioso en el mundo moderno, lo que lleva a los investigadores a preguntarse si se trata de un comportamiento nuevo o si tiene raíces más antiguas. Una perspectiva evolutiva del acoso escolar sugiere que es un comportamiento que se extiende mucho más allá de la modernidad. Adoptando esa perspectiva, el autor de este trabajo optó por examinar la evidencia del acoso escolar entre pares en adolescentes en las culturas occidentales durante la Antigüedad (es decir, la Antigua Grecia y Roma), el Período Medieval y el Renacimiento. Dada la escasez de evidencia sobre la vida cotidiana de los adolescentes, se centra en dos fuentes de información. Primero, analiza factores culturales generales que pueden haberse relacionado con el acoso escolar. Segundo, examina la evidencia anecdótica del acoso escolar. Los datos culturales revelan que el acoso escolar fue una característica estructural de la vida histórica en Europa Occidental y, por lo tanto, era muy probable que estuviera presente entre los adolescentes. A nivel anecdótico, la mayor parte de la evidencia del acoso escolar histórico se centra en los rituales de novatadas asociados con la educación. Por lo tanto, la evidencia directa del acoso escolar histórico es escasa. Esto puede deberse a que el acoso entre iguales fue poco común en la historia o a que no merecía la pena registrarlo. El autor se inclina por esta última interpretación y sostiene que, históricamente, el acoso fue al menos tan común en el pasado como lo es hoy, y su gravedad a menudo supera la observada en las culturas modernas. Estos datos encajan con una perspectiva evolutiva del acoso y defienden la importancia de considerar la investigación histórica al crear y probar teorías modernizadas sobre el acoso y sus intervenciones.