Por Alfredo Calcedo
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26 de septiembre de 2025
Artículo publicado en Psychiatric Times que ofrece una revisión exhaustiva de la evolución conceptual, diagnóstica y terapéutica de la pedofilia desde el siglo XIX hasta la actualidad. Evolución conceptual En la antigüedad, ciertas conductas sexuales hoy consideradas problemáticas eran aceptadas socialmente, como las relaciones entre adultos y adolescentes en la Grecia clásica. A finales del siglo XIX, la pedofilias clasificó como una “perversión” del impulso sexual, influido por teorías hereditaristas y moralistas. Freud la consideró una aberración del objeto sexual, vinculada a conflictos psicoanalíticos como la ansiedad de castración. Durante el siglo XX, se formularon teorías psicodinámicas que relacionaban la pedofilia con traumas infantiles y vínculos maternos prolongados. Durante la última parte del siglo XX, las desviaciones sexuales comenzaron a verse a través del marco de la patología psiquiátrica (DSM). Clasificación en el DSM El DSM-I (1952) y el DSM-II (1968) la incluyeron como desviación sexual dentro de los trastornos de personalidad, sin criterios diagnósticos claros. El DSM-III (1980) introdujo el término “parafilia” y definió la pedofilia como fantasías o actos sexuales con niños prepuberales, estableciendo criterios de edad y cronicidad. Las versiones posteriores (DSM-III-R, DSM-IV, DSM-IV-TR) ajustaron los criterios, especialmente en torno al malestar clínico y la conducta, generando debates sobre la distinción entre trastorno mental y criminalidad. El DSM-5 y DSM-5-TR diferencian entre una “parafilia”, (por ejemplo, pedofilia) definida como un patrón persistente, intenso y atípico de excitación sexual y un “trastorno parafílico”, por ejemplo, un trastorno pedofílico, reservando este último para casos con malestar, deterioro funcional o riesgo de daño a otros. Tratamientos históricos y actuales En el siglo XIX surgieron tratamientos quirúrgicos como la castración, seguidos en el siglo XX por terapias hormonales (estrógenos, medroxiprogesterona, agonistas de la hormona luteinizante). Las terapias psicoanalíticas dominaron inicialmente, pero fueron reemplazadas por enfoques conductuales en los años 60 y 70, como la terapia aversiva y el condicionamiento clásico. Desde los años 80, la terapia cognitivo-conductual se convirtió en el estándar, abordando distorsiones cognitivas, empatía, habilidades sociales y excitación desviada. Los programas actuales integran prevención de recaídas y farmacoterapia, mostrando eficacia en la reducción de la reincidencia. Rol del psiquiatra y desafíos éticos El artículo subraya el papel central del psiquiatra en el tratamiento del trastorno pedofílico, dada su formación en psicoterapia, farmacología y evaluación de riesgos. Señala que la medicalización ha sido cuestionada por el clima político y social, lo que ha dificultado la investigación y el acceso a tratamiento especializado. Reivindica la necesidad de mantener el trastorno pedofílico en el DSM como entidad clínica, para evitar estigmatizaciones y contribuir a la prevención del abuso sexual infantil.