Sobre la crisis de salud mental en EEUU

14 de abril de 2025

Este artículo del Manhattan Institute examina el aumento de problemas de salud mental entre los jóvenes estadounidenses, especialmente las mujeres. A pesar de vivir en una era de prosperidad material, los niveles de ansiedad, depresión y autolesiones han alcanzado cifras alarmantes en la última década.

El debate sobre las causas de esta crisis sigue abierto. Algunos culpan a la proliferación de los teléfonos inteligentes y las redes sociales, argumentando que generan una presión social constante. Otros sostienen que la relación entre redes sociales y salud mental es más compleja y que existen factores adicionales no suficientemente explorados.

El informe propone una teoría que busca reconciliar ambas posturas: el impacto de las redes sociales en la salud mental no es uniforme, sino que depende de la personalidad del usuario y del entorno sociocultural. Se observa que el deterioro de la salud mental ha sido más pronunciado en mujeres y en personas que se identifican como liberales, en comparación con hombres y conservadores. Esto se debe a diferencias en rasgos de personalidad que hacen a ciertos grupos más vulnerables a síntomas de internalización, como la ansiedad y la depresión.

Por ejemplo, las personas con mayor puntuación en neuroticismo y menor en responsabilidad corren un mayor riesgo de usar las redes sociales de forma excesiva o adictiva, así como de incurrir en hábitos como el "doomscrolling" (consumir en exceso noticias negativas o perturbadoras), que pueden perjudicar la productividad y desplazar el tiempo dedicado a actividades que favorecen la salud psicológica, como el sueño, el ejercicio y la interacción social presencial. Otros rasgos, como la apertura estética y emocional, la preocupación empática y la sensibilidad ante la justicia —que también son más comunes entre las chicas y las personas liberales—, también pueden intensificar las respuestas emocionales negativas al contenido perturbador de las redes sociales, lo que podría empeorar el bienestar psicológico con el tiempo.

Además, el informe sugiere que el aumento de contenido mediático sobre justicia social—como desigualdad racial y de género—ha podido agravar los problemas de salud mental en individuos con mayor sensibilidad psicológica. Aunque el estudio no pretende resolver el debate, sí aporta datos y análisis que ayudan a comprender mejor las tendencias actuales.

Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Nueva guía británica (NHS) sobre mejores prácticas para la evaluación, formulación y gestión de la seguridad de las personas con riesgo suicida . Esta guía promueve un cambio hacia un enfoque más holístico y centrado en la persona, en lugar de basarse en la predicción del riesgo, la cual es poco fiable debido a la rapidez con la que los pensamientos suicidas pueden cambiar. En su lugar, recomienda utilizar un método basado en la comprensión de la situación de cada persona y la gestión de su seguridad.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo publicado en Psychiatric Times acerca de la práctica en psiquiatría , que a pesar de ser una disciplina pragmática que busca aliviar el sufrimiento de los pacientes con diversas herramientas, a menudo se ve obstaculizada por la rigidez de sus modelos teóricos y el tribalismo entre diferentes enfoques (psicoanalítico, farmacológico, etc.). Esta división puede llevar a la aplicación inflexible de etiquetas diagnósticas y tratamientos, ignorando la complejidad individual de cada paciente. El autor ilustra este punto con tres historias conmovedoras: Ray Osheroff: Un nefrólogo con depresión que fue mal diagnosticado y tratado exclusivamente con terapia psicoanalítica en Chestnut Lodge, lo que empeoró su condición hasta que fue trasladado y tratado con antidepresivos, revelando la arrogancia de un enfoque único. Susannah Cahalan: Una joven con una rara enfermedad autoinmune que causó psicosis, inicialmente diagnosticada erróneamente con problemas psiquiátricos y tratada con antipsicóticos, hasta que un neurólogo investigó más a fondo, exponiendo los peligros del reduccionismo psiquiátrico. Laura Delano: Una joven que fue diagnosticada con múltiples trastornos psiquiátricos y medicada durante 14 años desde la adolescencia, hasta que decidió dejar la medicación y recuperó una vida plena, cuestionando la tendencia a la patologización excesiva. Los autores concluyen que estas historias son lecciones de humildad para la psiquiatría. En lugar de defender rígidamente un solo paradigma, los profesionales deben adoptar un enfoque más flexible, pragmático y escéptico, combinando diferentes herramientas terapéuticas según las necesidades del paciente y reconociendo las limitaciones del campo ante la complejidad del sufrimiento humano. La clave está en la adaptabilidad y la capacidad de cuestionar las propias creencias para evitar el exceso de confianza que puede eclipsar la realidad con el paciente.
Por Alfredo Calcedo 2 de mayo de 2025
Artículo de opinión publicado en Redacción Médica sobre las dificultades para distinguir los límites que separan lo normal y lo patológico en salud mental. Destaca la difusa frontera entre lo normal y lo patológico, agravada por la subjetividad inherente a la condición humana y la relevancia de la psique en las relaciones interpersonales. A esto se suma una intolerancia cultural hacia la incomodidad, que fomenta la medicalización de experiencias humanas normales, como el duelo, la inseguridad laboral o la irritación ante problemas sociales, llevando a un consumo excesivo de psicofármacos. Los autores critican un abordaje superficial de estos problemas en el sistema sanitario, centrado en tratar síntomas y no en las causas profundas, lo que contribuye a la iatrogenia y al abuso de medicamentos. Destacan que la reciente aprobación de un nuevo plan de salud mental por el consejo interterritorial busca, entre otros objetivos, reducir este abuso promoviendo un enfoque comunitario. El plan incluye el refuerzo de recursos humanos en salud mental y la incorporación de psicólogos y acceso a psicoterapia. Sin embargo, advierte que una implementación acrítica podría aumentar la "psicologización" inadecuada. Sugiere que sería más efectivo permitir a los profesionales de atención primaria consultar a psicólogos en lugar de derivar directamente a los pacientes. Aunque se valora el énfasis del plan en alternativas a la institucionalización, los autores critican su falta de atención a la medicalización en salud mental y señala que propuestas como la "prescripción social" no abordan las causas reales de la demanda. Proponen, en cambio, un enfoque genuinamente comunitario, que promueva políticas públicas saludables en educación, trabajo, vivienda y ocio, implicando sectores más allá del sanitario para abordar las fuentes de malestar y desigualdad. Finalmente, el texto aboga por estrategias intersectoriales como las sugeridas por la OMS en su iniciativa "Salud en todas las políticas" y podría ser un paso positivo si fomenta la prevención de la medicalización inadecuada y fortalece la atención primaria y comunitaria para promover la salud colectiva en colaboración con otros sectores sociales.
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