Uso de la IA generativa para el asesoramiento en salud mental entre adolescentes y adultos jóvenes estadounidenses
Desde la aparición de los chatbots basados en modelos de lenguaje (LLM), su uso se ha incrementado notablemente entre adolescentes y adultos jóvenes, coincidiendo con una crisis de salud mental en EE. UU. En el último año, el 18 % de los adolescentes de 12 a 17 años experimentaron un episodio depresivo mayor y el 40 % no recibió atención profesional. Ante esta situación, surge la pregunta sobre el papel de la IA generativa como recurso de apoyo emocional.
Este estudio transversal constituye la primera encuesta nacional (EEUU) representativa sobre el uso de IA generativa para consejos relacionados con salud mental en jóvenes de 12 a 21 años. La investigación se realizó entre febrero y marzo de 2025, con participantes seleccionados mediante muestreo aleatorio de hogares a través de los paneles RAND y Ipsos. Se evaluó si los encuestados habían utilizado IA generativa, si la consultaron cuando se sentían tristes, enojados o nerviosos, la frecuencia de uso y la percepción de utilidad. Para garantizar comprensión, se emplearon términos sencillos y ejemplos como ChatGPT, Gemini y My AI.
De los 2125 individuos contactados, respondieron 1058 (tasa de respuesta: 49,8 %). El 13,1 % reportó haber usado IA generativa para consejos emocionales, lo que representa aproximadamente 5,4 millones de jóvenes en EE. UU. La prevalencia fue mayor en el grupo de 18 a 21 años (22,2 %). Entre los usuarios, el 65,5 % interactuó al menos mensualmente y el 92,7 % consideró útil la ayuda recibida. El análisis multivariable mostró que los jóvenes de 18 a 21 años tenían casi cuatro veces más probabilidades de usar IA para este fin en comparación con adolescentes más jóvenes. Además, los participantes afroamericanos fueron menos propensos a calificar la ayuda como útil.
El uso frecuente parece vincularse a ventajas percibidas como bajo coste, inmediatez y privacidad, especialmente entre quienes no acceden a atención psicológica tradicional. No obstante, plantea preocupaciones sobre la calidad del consejo, la falta de estándares para evaluarlo y la escasa transparencia en los datos que entrenan estos modelos. Entre las limitaciones destacan el tamaño muestral reducido, posibles sesgos y la ausencia de información sobre diagnósticos clínicos. Se recomienda que futuras investigaciones analicen el impacto del uso de IA en jóvenes con trastornos mentales y sus resultados en salud.
En conclusión, aunque el uso de IA generativa para apoyo emocional no es mayoritario, quienes la emplean lo hacen con frecuencia y perciben utilidad, lo que plantea interrogantes sobre su papel en la atención de salud mental juvenil.





