El futuro de la profesión de psiquiatra en España

4 de agosto de 2021

El escenario que se abre con los cambios aprobados por el Consejo de Ministros en la psiquiatría no infantil

El Gobierno de España acaba de anunciar la creación de la especialidad de psiquiatría de la infancia y la adolescencia. Si se mantiene el texto de la última versión se producirán cambios importantes. En este artículo vamos a analizar las implicaciones que va a tener la nueva especialidad para todos los profesionales de “las psiquiatrías”. No hay que olvidar que el Real Decreto no sólo crea la especialidad de psiquiatría infantil, sino que modifica aspectos importantes de la especialidad de psiquiatría no infantil.


En principio, los cambios más importantes son estos:


  • Aumenta el tiempo de formación de cuatro a cinco años en las dos psiquiatrías.
  • Los psiquiatras infantiles y no infantiles tendrán dos años comunes y tres específicos.
  • Podrán acceder al título de psiquiatra infantil los pediatras que acrediten experiencia.
  • Se reducirá un 23% el número de psiquiatras (infantiles y no infantiles) egresados del MIR, según consta en la documentación del expediente de creación de la especialidad. 
  • Los psiquiatras no infantiles serán -de facto- psiquiatras de adultos, según las competencias que establece el Real Decreto.


Hemos comentado en
diferentes posts de nuestra web el escenario que se abre para los profesionales de la Psiquiatría en España con esta aprobación. Aunque toda la comunidad profesional está de acuerdo en la creación de esa especialidad, ha surgido una preocupación importante respecto a las repercusiones que va a tener para el resto de los profesionales de la Psiquiatría. Como ya explicamos, hay un cambio muy notable: aumenta el tiempo de formación de cuatro a cinco años en las dos especialidades de Psiquiatría, pero, para que el coste salarial se mantenga igual, se reducirá en un 23% el número de plazas/MIR de Psiquiatría en la próxima convocatoria. Conviene analizar con los números delante las repercusiones que esto va a tener en el conjunto de la profesión.


Escasez crónica de psiquiatras en España
: según datos de la propia Unión Europea, España está en el tercer puesto por la cola en cuanto al número de psiquiatras en proporción a la población (datos de 2017); tenemos 11 profesionales por cada 100.000 habitantes, lo que implica un empate con Rumanía y Malta. Por detrás de nosotros sólo están Polonia con 9 y Bulgaria con 8 y, encabezando el ranking, está Alemania con 27, seguida de Grecia con 25 y Lituania con 24; el Reino Unido tiene 18, Francia 23, Italia 17 y Portugal 13. No cabe duda alguna sobre nuestra situación; tampoco sobre en empeoramiento que la reducción de egresados del MIR va a suponer en esa clasificación.


Situación laboral de los psiquiatras: se puede afirmar que en el momento actual hay trabajo para casi todos los egresados del programa MIR. Esta es la impresión que tenemos los profesionales en general, lo que también se puede comprobar viendo, por ejemplo, las ofertas de empleo que recogen
sociedades científicas en sus webs. De hecho, ya hay puestos de trabajo de psiquiatras que no se pueden cubrir.


Emigración: no hay que olvidar tampoco el porcentaje importante de médicos que, una vez terminada su formación MIR, optan por emigrar al extranjero. En 2019, 4.100 médicos pidieron el certificado de idoneidad que emiten los colegios de médicos, según datos de la Organización Médica Colegial. En el listado de solicitudes clasificadas por especialidad que facilita la OMC no aparece la Psiquiatría. Los especialistas que más lo solicitan son Medicina Familiar y Comunitaria (313) y Anestesia (123). Es probable que la cifra de los psiquiatras que emigraron se compensó con la de aquellos que se formaron en países de la Unión Europea, aunque no tenemos datos.


Envejecimiento de la población de psiquiatras en España
: otro problema añadido es el perfil demográfico de la profesión médica: los médicos formados a finales de los setenta y principios de los ochenta se están jubilando ahora. Aunque las cifras globales de la profesión médica son pesimistas, el Ministerio, en un estudio con datos de 2018, dice que el 19,4% de los psiquiatras que trabajan en el sistema público tienen 60 o más años. 


El Ministerio
afirma que en España había en 2018 4.240 psiquiatras y estimaba una media de 133 jubilaciones/año. Esta cifra resulta sorprendente, pues el propio Ministerio publica en su web un estudio que recoge (página 61) que en Enero/2018 el 47,2% de los psiquiatras tenía más de 50 años y el 19,4%, 60 o más años (página 59). No se entienden las cifras que maneja el Ministerio, pues, si el 19,4% de los psiquiatras tenían 60 o más años, esto significaría que se han de producir 822 jubilaciones, es decir 164 jubilaciones/año (y no 133 como dice el Ministerio).


Según el
informe de recursos humanos del Ministerio de Sanidad de 2019, a finales de ese año había en España 930 médicos residentes de Psiquiatría (en cualquier año de formación). En 2014 terminaron su programa de formación 241 médicos y en 2019, 211 (un 12% menos). Aunque a estos hay que sumar 8 psiquiatras formados en países de la Unión Europea, a los que se les reconoció el título.


El número de plazas MIR de Psiquiatría ofertadas en los últimos siete años es este: 


Convocatoria MIR 2014
: 222 

Convocatoria MIR 2015: 224 

Convocatoria MIR 2016: 215 

Convocatoria MIR 2017: 241 

Convocatoria MIR 2018: 248 

Convocatoria MIR 2019: 271 

Convocatoria MIR 2020: 288 


Futura convocatoria MIR: 222 (con las dos especialidades de psiquiatría)


Como se puede apreciar, la cifra más baja se produjo en 2016 con 215 y desde entonces hemos subido hasta 288. Si el Ministerio mantiene su propuesta, volveremos a las cifras de 2014.


Plazas MIR vs jubilaciones: las cifras no cuadran,
pues, viendo el número de plazas MIR convocadas frente a jubilaciones, deberíamos estar contentos: salen más plazas de MIR que jubilaciones se producen por lo que cabría esperar que hubiera paro, pero no es así. Ya hemos comentado que existe la sensación de que faltan psiquiatras a la vista del mercado laboral. La emigración y el trabajo en el sector privado puede que sean una explicación.


Más tiempo de formación y menos plazas MIR
: según la Memoria de Impacto de la creación de la especialidad de Psiquiatría infantil, el aumento a cinco años de la formación en las dos especialidades implica una reducción en el número de plazas convocadas de las 288 a 222 (un 23% menos). De estos 222 un 88% serán psiquiatras no infantiles, es decir 195; el resto, 27, serán psiquiatras infantiles.


Veamos
los números del Ministerio. El coste salarial bruto de un MIR de Psiquiatría en sus cuatro años de formación es de 180.486 €. Si lo multiplicamos por 288 plazas convocadas, sale un total para el Sistema Nacional de Salud de 51.979.968 €. Esta es la cifra que no se puede incrementar, según el Ministerio. Pero el coste de formación de un MIR de cinco años sería de 234.338 €; si multiplicamos esta cifra por 222 plazas convocadas, nos sale un coste total de 52.023.036 €; es decir que el mantenimiento aproximado de los costes implica necesariamente una reducción de las plazas/MIR convocadas y, por tanto, del  número de psiquiatras en el futuro,


El
texto del borrador del Real Decreto dice que los dos primeros años de formación serán comunes (“compartirán las competencias a adquirir durante los dos primeros años de formación”), pero en los tres años siguientes las formaciones serán diferenciadas. Esto plantea problemas a la hora de definir el perfil asistencial de los psiquiatras infantiles en el futuro:


  • ¿Qué va a pasar con las guardias?
  • ¿Podrá un psiquiatra no infantil atender en Urgencias a un niño o un adolescente?
  • ¿Podrá un psiquiatra infantil responsabilizarse de todas las urgencias psiquiátricas de un hospital con solo dos años de formación


España es un país que tiene muy pocos psiquiatras, infantiles y no infantiles (ya se ha explicitado). Los Centros de Salud Mental suelen tener largas listas de espera y en la actualidad todos los psiquiatras en edad reglamentaria tienen que ser incluidos en las listas de guardias, ya que, si no fuera así, los psiquiatras de adultos estarían muy sobrecargados. ¿
Puede permitirse el sistema que sólo los psiquiatras no infantiles cubran las guardias? Posiblemente en los grandes hospitales no haya problema, pero en los hospitales pequeños, donde el número de profesionales es más reducido, la exclusión de los psiquiatras infantiles de las guardias va a producir un grave problema.


Pero además surgen otras cuestiones a considerar.


Un año sin psiquiatras vía MIR
: Con el paso de cuatro a cinco años de formación habrá un año en que no habrá nuevos psiquiatras egresados de los programas de formación. ¿Podrá el sistema mantener la asistencia?


Cierre de programas de formación
: en la convocatoria 2020-21 del MIR hay treinta programas de formación que sólo admiten un MIR por año ¿Cuántos de estos programas van a tener que cerrar debido a la reducción de plazas?


Se soluciona un problema y se crea otro
: la implantación en los actuales términos de la especialidad de psiquiatría infantil va a solucionar un problema cierto, a la vez que genera otro: la reducción de profesionales. Según los datos del Ministerio, cada año van a salir el mismo número de psiquiatras infantiles con especialidad que los que salían con el trayecto A de formación actual. Sin embargo, se produce una reducción importante de los psiquiatras no infantiles egresados.


El resultado final de la creación de la especialidad de psiquiatría infantil va a ser mejor formación en las dos especialidades, a cambio de un descenso progresivo del número de psiquiatras no infantiles (los infantiles seguirán igual).


Pérdida de influencia de los psiquiatras en la atención en salud mental
: mientras que las cifras de plazas convocadas de otros profesionales de la salud mental (PIR y EIR) están aumentando notablemente, la de psiquiatras disminuirán. Cuando ahora está en el debate político la salud mental y la necesidad de aumentar los recursos profesionales, el escenario en los próximos diez años es el de una reducción progresiva del número de psiquiatras.


Como reflexión final podemos afirmar que la creación de la especialidad de psiquiatría de la infancia y la adolescencia es un motivo de celebración, pues ha sido una necesidad largamente sentida y demandada por la psiquiatría. Sin embargo, el horizonte ahora previsto implica que
el precio que paga la psiquiatría no infantil es demasiado alto a nuestro juicio. Creemos firmemente que podía haberse hecho de otro modo y así lo hemos reclamado.





 






Por Alfredo Calcedo 29 de octubre de 2025
Este artículo expone los hallazgos de una revisión científica sobre los efectos psiquiátricos del finasteride, un medicamento ampliamente utilizado para tratar la alopecia androgenética (AGA). La revisión, publicada en el Journal of Clinical Psychiatry , analiza ocho estudios clave realizados entre 2017 y 2023. Cuatro de ellos se centran en efectos secundarios reportados por pacientes, y los otros cuatro en grandes bases de datos de historiales médicos. Los resultados muestran que los usuarios de finasteride tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir depresión, ansiedad y pensamientos suicidas en comparación con quienes no lo usan. Finasteride, comercializado como Propecia o Proscar, actúa bloqueando la enzima 5α-reductasa, que convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), responsable de la miniaturización de los folículos capilares. Sin embargo, esta enzima también participa en la producción de neuroesteroides como la alopregnanolona, que ayudan a controlar el estado de ánimo. Al interferir en este proceso podría explicar sus efectos psiquiátricos. Los efectos adversos pueden persistir incluso después de suspender el tratamiento, y en algunos casos han sido tan graves que han derivado en suicidios. Aunque ya en 2002 se sospechaba de una relación con la depresión, la FDA no reconoció este efecto secundario hasta 2011, y no añadió la ideación suicida a la etiqueta del medicamento hasta 2022. Las cifras son preocupantes: en 2011 se reportaron 18 suicidios y en 2024, ascendieron a 320. El artículo también denuncia una grave falta de vigilancia farmacológica. Muchos médicos no asocian los síntomas psiquiátricos al medicamento, y las familias a menudo desconocen que sus seres queridos lo estaban tomando. Además, al tratarse de un fármaco cosmético, finasteride ha escapado a controles rigurosos que sí se aplican a medicamentos psiquiátricos. Dr. Brezis, autor del artículo, critica que ninguno de los estudios de seguridad fue promovido por Merck, fabricante original, ni exigido por los reguladores. Propone que se exija a los fabricantes realizar estudios post-comercialización y que se refuerce su cumplimiento. También cuestiona la eficacia a largo plazo del medicamento, señalando que muchos estudios son pequeños, financiados por la industria y sesgados. Finalmente, el artículo advierte sobre la facilidad con la que jóvenes pueden adquirir finasteride en línea sin receta ni supervisión médica, lo que agrava el problema.
Por Alfredo Calcedo 29 de octubre de 2025
Artículo publicado en El Médico Interactivo que analiza cómo distintos países están enfrentando la escasez de personal sanitario, un problema global que se ha intensificado tras la pandemia y que se prevé agravarse con un déficit de 10 millones de trabajadores de la salud para 2030, según la OMS. En Estados Unidos y Europa, se están explorando soluciones innovadoras. Un informe de Deloitte, basado en encuestas a ejecutivos sanitarios de seis países, revela que más del 70% prioriza mejorar la eficiencia operativa y la productividad. La transformación digital, especialmente la atención virtual, se presenta como una herramienta clave, aunque con riesgos si no se gestiona adecuadamente. Por ejemplo, las salas virtuales podrían aliviar la falta de camas, pero también generar nuevos costes y aumentar la presión sobre el personal. Otro aspecto es la mejora de los flujos de trabajo y la retención del personal. Se propone ampliar horarios de atención y flexibilizar turnos, pero esto requiere mejorar las condiciones laborales. La presión asistencial y el agotamiento están provocando renuncias masivas de los profesionales, como en EE.UU., donde se pasó de 400.000 a 600.000 renuncias mensuales entre 2020 y 2023. McKinsey sugiere que los sistemas de salud podrían crear sus propias entidades educativas o asociarse con instituciones de educación postsecundaria para formar profesionales en salud digital. Estas alianzas permitirían personalizar la formación según las necesidades del sistema sanitario, mejorar la calidad educativa y fortalecer la relación entre estudiantes y centros de salud. En resumen, el artículo destaca que la solución pasa por combinar tecnología, formación continuada, mejora de condiciones laborales y colaboración entre sistemas sanitarios y educativos. Aunque los modelos no son directamente extrapolables entre países, estas estrategias pueden inspirar a España en su búsqueda de soluciones ante la escasez médica.
Por Alfredo Calcedo 29 de octubre de 2025
Aunque el intento de suicidio es el mejor predictor de muerte por suicidio, pocas personas que lo intentan se suicidan (<10%). Aproximadamente la mitad de las muertes por suicidio ocurren sin evidencia previa de pensamientos o comportamientos suicidas. También, cerca del 50% de estas personas no tienen diagnósticos psiquiátricos previos, lo que sugiere que los factores tradicionales no explican completamente el riesgo. Este estudio analiza las diferencias genéticas entre personas que murieron por suicidio sin haber mostrado signos previos de suicidabilidad (SD-N) y aquellas que sí los mostraron (SD-S). El objetivo es entender si existen distintas predisposiciones genéticas en estos dos grupos, especialmente en relación con condiciones neuropsiquiátricas. Metodología Se analizaron datos de 2769 personas fallecidas por suicidio en Utah entre 1998 y 2022. Se dividieron en dos grupos: SD-N (sin suicidabilidad previa) y SD-S (con suicidabilidad previa). Se usaron polygenic scores (PGS), que son puntuaciones genéticas que indican la predisposición a ciertas condiciones neuropsiquiátricas. Se compararon los PGS de ambos grupos y también con un grupo de control de la población general. Principales hallazgos El grupo SD-N tenía menos carga genética asociada a trastornos como: Depresión mayor Ansiedad Afecto deprimido Neuroticismo Trastorno de estrés postraumático (TEPT) Enfermedad de Alzheimer En algunos casos, los PGS del grupo SD-N eran similares a los del grupo de control, lo que sugiere que no tenían una predisposición genética elevada a estos trastornos. El grupo SD-S sí mostraba mayores cargas genéticas para estas condiciones, lo que coincide con sus antecedentes clínicos. Implicaciones Estos resultados desafían la idea de que los trastornos psiquiátricos son el núcleo central del riesgo de suicidio. Indican que otras vías genéticas o factores no psiquiátricos podrían estar involucrados en las muertes por suicidio sin antecedentes de suicidabilidad. Esto abre nuevas líneas de investigación y prevención, especialmente para identificar personas en riesgo que no presentan síntomas evidentes.