El uso de antidepresivos no se relaciona con actos de violencia masiva

21 de octubre de 2025

Investigaciones previas han demostrado que los autores de tiroteos masivos suelen padecer problemas de salud mental, incluyendo una alta tasa de suicidio. Se ha explorado el historial de salud mental de los asesinos en masa, pero pocos estudios han examinado a fondo si los medicamentos psiquiátricos podrían estar involucrados en estos sucesos.

Un nuevo estudio publicado en Psychiatry Research aporta evidencia de que los antidepresivos no están estrechamente relacionados con los tiroteos masivos en Estados Unidos.

De los 852 tiroteos masivos incluidos en el estudio, solo 34 autores (aproximadamente el 4%) tenían antecedentes de consumo de antidepresivos. Cinco personas (0,6%) habían tomado antipsicóticos y otras 37 (4,3%) habían recibido tratamiento con otros fármacos psiquiátricos o con fármacos no especificados. En total, 56 autores de tiroteos (6,6%) tenían antecedentes conocidos de consumo de psicofármacos en algún momento de su vida.

Los investigadores también analizaron si existía alguna conexión entre el consumo de medicamentos y los intentos de suicidio durante estos eventos. Un total de 279 agresores intentaron suicidarse durante el ataque. Dentro de este grupo, 15 personas (5,4 %) habían consumido antidepresivos, en comparación con 19 personas (3,3 %) que no intentaron suicidarse. Esta diferencia no fue estadísticamente significativa.

En resumen, la gran mayoría de los tiroteos masivos no tienen nada que ver con enfermedades mentales. Los medicamentos psiquiátricos, y en particular los ISRS, no causan tiroteos masivos. El principal factor de riesgo modificable a nivel poblacional para los tiroteos masivos es la disponibilidad de armas de fuego.

Comentado en Psypost.

Por Alfredo Calcedo 22 de octubre de 2025
El documento está concebido como una guía práctica, clara y accesible, que combina teoría y ejercicios aplicables en centros residenciales, centros de día y atención domiciliaria. A lo largo de sus capítulos, el lector puede acceder a una completa propuesta de actividades que abarcan distintas dimensiones del cuidado. La autora, Esther García-Abadillo Alonso, diplomada en Trabajo Social por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y con formación en Alemania, plasma en estas páginas más de dos décadas de experiencia profesional, tanto en España como en Alemania, en la atención a personas mayores con distintos grados de dependencia. Su historia personal también atraviesa el libro: tras superar un ictus cerebral en 2001, García-Abadillo reorientó su carrera hacia la gerontología y la animación sociocultural, convencida de que la estimulación y el acompañamiento humano marcan la diferencia en la calidad de vida de las personas mayores. A lo largo del manual, García-Abadillo intercala casos reales, como el de la “señora García”, una residente alemana que, tras semanas de estimulación sensorial y afectiva, recuperó capacidades de relación y comunicación sorprendentes. Estas historias ilustran que, “más allá de las limitaciones físicas o cognitivas, la persona mayor conserva su identidad, su memoria emocional y su capacidad de disfrutar de la vida si recibe atención cercana y respetuosa”. Comentado en Munideporte
Por Alfredo Calcedo 22 de octubre de 2025
El DSM-5-TR y la CIE-11 exigen evidencia de que haya un "deterioro" para cumplir con el umbral diagnóstico del trastorno del espectro autista, en adelante denominado autismo. Ninguno de los dos manuales proporciona una guía detallada sobre qué constituye un deterioro ni cómo evaluarlo, lo que genera diferentes interpretaciones entre los profesionales. En el Reino Unido, el movimiento de la neurodiversidad ha cobrado impulso en los últimos años, lo que ha influido en el panorama sociocultural que rodea al autismo y la neurodivergencia en general. En este panorama cambiante, muchas personas cuestionan la necesidad de que haya un deterioro para hacer el diagnóstico. Este editorial presenta algunos de los debates sociales y clínicos actuales sobre el papel del "deterioro" en el diagnóstico del autismo. También destaca la necesidad de profundizar en el debate sobre las conceptualizaciones de la variación esperada dentro de la población general y las definiciones operativas de deterioro. En resumen, dentro del modelo médico, se requiere la presencia de una discapacidad para el diagnóstico de autismo. La falta de identificación del deterioro plantearía la cuestión de cómo asignar recursos a las personas con características autistas y qué tipo de tratamiento o apoyo se les debe ofrecer. Se requieren más debates para alcanzar un consenso sobre cómo gestionar la evaluación del deterioro en este panorama en constante evolución.
Por Alfredo Calcedo 22 de octubre de 2025
Ante el creciente mercado de productos 'milagro' que se ha generado en los últimos años en torno al insomnio, los neurólogos alertan sobre los riesgos de utilizar terapias y remedios sin validez médica dirigidos a personas con insomnio. Estas “terapias van desde suplementos y pastillas que se presentan como naturales, aerosoles o infusiones milagro, hasta almohadas especiales, antifaces con tecnología incorporada, aplicaciones de meditación, dispositivos electrónicos, gafas con filtros de luz, lámparas de colores o incluso retiros de fin de semana orientados a "curar" el insomnio". Los especialistas advierten de que optar por utilizar remedios sin validez no solo supone un gasto económico importante para el paciente, sino que también puede ser perjudicial para su salud (frustración a los pacientes al no obtener los resultados esperados, retraso en la búsqueda de ayuda médica adecuada y, en ocasiones, incluso pueden empeorar los síntomas y favorecer su cronificación).