El uso de antidepresivos no se relaciona con actos de violencia masiva
Investigaciones previas han demostrado que los autores de tiroteos masivos suelen padecer problemas de salud mental, incluyendo una alta tasa de suicidio. Se ha explorado el historial de salud mental de los asesinos en masa, pero pocos estudios han examinado a fondo si los medicamentos psiquiátricos podrían estar involucrados en estos sucesos.
Un nuevo estudio publicado en Psychiatry Research aporta evidencia de que los antidepresivos no están estrechamente relacionados con los tiroteos masivos en Estados Unidos.
De los 852 tiroteos masivos incluidos en el estudio, solo 34 autores (aproximadamente el 4%) tenían antecedentes de consumo de antidepresivos. Cinco personas (0,6%) habían tomado antipsicóticos y otras 37 (4,3%) habían recibido tratamiento con otros fármacos psiquiátricos o con fármacos no especificados. En total, 56 autores de tiroteos (6,6%) tenían antecedentes conocidos de consumo de psicofármacos en algún momento de su vida.
Los investigadores también analizaron si existía alguna conexión entre el consumo de medicamentos y los intentos de suicidio durante estos eventos. Un total de 279 agresores intentaron suicidarse durante el ataque. Dentro de este grupo, 15 personas (5,4 %) habían consumido antidepresivos, en comparación con 19 personas (3,3 %) que no intentaron suicidarse. Esta diferencia no fue estadísticamente significativa.
En resumen, la gran mayoría de los tiroteos masivos no tienen nada que ver con enfermedades mentales. Los medicamentos psiquiátricos, y en particular los ISRS, no causan tiroteos masivos. El principal factor de riesgo modificable a nivel poblacional para los tiroteos masivos es la disponibilidad de armas de fuego.
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