Los múltiples beneficios de leer
Artículo publicado en The Objective sobre los beneficios que la lectura reporta a nuestro cerebro y el bienestar emocional que proporciona. La lectura constituye una actividad compleja que, lejos de ser innata, ha requerido un proceso evolutivo y cultural para su adquisición. Con apenas seis milenios de existencia, esta habilidad implica una reorganización funcional del cerebro, en la que áreas previamente consolidadas se adaptan para permitir la decodificación y comprensión del lenguaje escrito. Desde la perspectiva neurocientífica, el acto lector activa múltiples regiones, entre ellas el giro supramarginal, el giro angular, las áreas frontales vinculadas a la articulación y las zonas occipitales responsables del procesamiento visual. Asimismo, intervienen estructuras relacionadas con la memoria y la carga emocional, lo que evidencia la relevancia de la neuroplasticidad y las conexiones interhemisféricas.
Los beneficios derivados de la lectura son ampliamente reconocidos. En el plano psicológico, fomenta la imaginación y la empatía, al estimular áreas cerebrales asociadas con la teoría de la mente y la introspección. Además, potencia funciones cognitivas esenciales como la atención sostenida, la memoria y la concentración, contribuyendo a reducir la distracción y los niveles de estrés mediante la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina. De igual modo, se ha demostrado su papel protector frente al deterioro cognitivo, gracias al incremento de la denominada reserva cognitiva, que retrasa la aparición de síntomas asociados a la demencia.
No obstante, persiste un elevado porcentaje de población que no incorpora la lectura a sus hábitos cotidianos. Para revertir esta tendencia, resulta imprescindible implementar estrategias institucionales orientadas a la promoción de la lectura mediante campañas informativas y actividades que involucren a bibliotecas, centros educativos y espacios comunitarios. A nivel individual, la creación de rutinas lectoras y la participación en entornos sociales como clubes de lectura constituyen herramientas eficaces para consolidar este hábito.
En síntesis, la lectura se erige como un recurso insustituible para el bienestar emocional, la salud cognitiva y el fortalecimiento de los vínculos sociales. Fomentarla es, por tanto, una inversión en calidad de vida y desarrollo humano.





