Obesidad, ánimo bajo y poco sexo, combinados, acortan el pronóstico de vida
Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders analizó datos de casi 5.000 adultos estadounidenses entre 20 y 59 años, que reportaron tener sexo menos de 12 veces al año. El objetivo era entender cómo la baja frecuencia sexual, el exceso de grasa abdominal y los síntomas depresivos podrían interactuar y afectar la longevidad.
Principales hallazgos
- Frecuencia sexual baja: Se asoció con mayor riesgo de muerte, especialmente cuando se combina con otros factores como obesidad abdominal y depresión.
- Grasa abdominal: Medida mediante el índice de forma corporal (ABSI por sus siglas en inglés. El ABSI es una herramienta útil para identificar el riesgo de mortalidad y enfermedades crónicas. A diferencia del IMC, que solo considera el peso y la altura, el ABSI tiene en cuenta la distribución de la grasa abdominal (mide la circunferencia de la cintura), lo que lo convierte en un indicador más preciso del riesgo para la salud.
- Depresión: Quienes mostraban síntomas depresivos tenían un 86% más de riesgo de morir durante el periodo de seguimiento.
- Combinación de factores: Las personas con grasa abdominal elevada y depresión tenían un riesgo de muerte cuatro veces mayor que quienes no presentaban ninguno de estos factores.
Interacción sinérgica
El estudio sugiere que estos tres factores no actúan de forma aislada, sino que se potencian mutuamente, creando un “triángulo de riesgo” que puede acortar significativamente la vida. Aproximadamente la mitad de las muertes en el grupo de alto riesgo podrían atribuirse a esta interacción.
Diferencias de género
- Hombres con ambos factores (obesidad abdominal y depresión) tenían una tasa de supervivencia del 76% tras 15 años.
- Mujeres en la misma situación mostraban una supervivencia del 91%.
- Esto podría deberse a diferencias biológicas en la inflamación del tejido adiposo y a que los hombres tienden a buscar ayuda médica más tarde.
Limitaciones del estudio
- Los datos sobre actividad sexual fueron autoinformados, lo que puede introducir sesgos.
- El estudio es observacional, por lo que no puede establecer causalidad.
- Se excluyó a personas sin pareja sexual, aunque podrían compartir riesgos similares.
- Los resultados se basan en una muestra estadounidense, por lo que no se pueden generalizar sin estudios en otras culturas.
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