Reconociendo los síntomas neuropsiquiátricos de la enfermedad de Huntington

25 de noviembre de 2025

La enfermedad de Huntington (HD) es un trastorno neurodegenerativo hereditario que se caracteriza por un exceso de repeticiones CAG en el gen HTT, lo que provoca la acumulación de proteína huntingtina mutada y daño neuronal progresivo. Aunque tradicionalmente se asocia con síntomas motores, el artículo subraya que las manifestaciones neuropsiquiátricas suelen aparecer antes y son, en muchos casos, las más incapacitantes. 

Entre los síntomas tempranos destacan depresión, ansiedad, irritabilidad, apatía y alteraciones cognitivas como déficit de atención, memoria y funciones ejecutivas. También pueden presentarse conductas desinhibidas y desorganización, incluso en fases premórbidas. Estos signos son clave para la detección precoz, pero a menudo se confunden con trastornos psiquiátricos primarios. 

El texto ilustra esta realidad con el caso de “Mr. Blake”, un hombre de 44 años con antecedentes de depresión que comenzó a mostrar deterioro cognitivo e irritabilidad sin síntomas motores evidentes. Una evaluación neuropsicológica reveló discapacidad cognitiva leve y la prueba genética confirmó la mutación HTT. El manejo incluyó memantina para el déficit cognitivo y fluoxetina para la depresión, aunque actualmente no existe tratamiento modificador de la enfermedad. 

El artículo enfatiza la importancia de un enfoque multidisciplinario que integre psiquiatría, neurología y otras especialidades para optimizar el control sintomático y prevenir interacciones farmacológicas. Además, señala la necesidad urgente de ensayos clínicos centrados en las manifestaciones psiquiátricas, dado que la evidencia actual es limitada. Entre las estrategias emergentes se mencionan terapias génicas y edición genética, aún en fase experimental. 

En conclusión, reconocer y tratar los síntomas neuropsiquiátricos de forma temprana es esencial para mejorar la calidad de vida y el pronóstico funcional en pacientes con HD. La detección precoz, junto con cuidados integrados y apoyo familiar, constituye la piedra angular del abordaje clínico mientras se desarrollan terapias que modifiquen la evolución de la enfermedad. 

Por Alfredo Calcedo 25 de noviembre de 2025
El artículo analiza la creencia errónea de que las herramientas actuariales para evaluar riesgo en psiquiatría son completamente objetivas . Parte de un caso en el que un psicólogo recién contratado utiliza estas herramientas en una clínica forense y concluye que un paciente afroamericano, estable durante 15 años, tiene alto riesgo de peligrosidad futura. Esto genera debate entre el personal, que cuestiona la validez y ética de basar decisiones solo en dichos instrumentos. La evaluación del riesgo es esencial en psiquiatría, especialmente en contextos forenses, donde la libertad del paciente depende de ella. Históricamente, la capacidad de los psiquiatras para predecir violencia futura ha sido cuestionada, lo que llevó al desarrollo de herramientas actuariales tras el caso Barefoot v. Estelle (1983). Estas herramientas, basadas en datos estadísticos, buscan reducir sesgos, pero estudios recientes evidencian que no son neutrales: incluyen variables como historial de arrestos, expulsiones escolares y detenciones juveniles, factores atravesados por desigualdades raciales. Así, pacientes negros y latinos son penalizados por sistemas que los han sobrecriminalizado desde la infancia, perpetuando la ruta de escuela-prisión. El artículo advierte que depender exclusivamente de estas herramientas es problemático. Recomienda emplear modelos de juicio profesional estructurado que integren factores históricos, clínicos y de manejo del riesgo. También señala que otras pruebas psicológicas pueden carecer de objetividad si no están adaptadas culturalmente, pues asumen experiencias y lenguaje homogéneos. Además, la interacción evaluador-paciente y los sesgos implícitos del profesional influyen en los resultados. Finalmente, se subraya que la objetividad absoluta en evaluaciones psiquiátricas es ilusoria. Factores sociales, culturales y ambientales deben considerarse para evitar conclusiones dañinas y discriminatorias. Las guías éticas instan a diferenciar hechos verificados de inferencias y a usar herramientas con cautela, reconociendo sus limitaciones y el contexto del evaluado.
Por Alfredo Calcedo 25 de noviembre de 2025
En 2022, la Armada estadounidense enfrentó una crisis tras siete suicidios de marineros en el USS Washington y el centro MARMC, lo que reveló graves problemas en la salud mental militar. Robert Marietta, psiquiatra con más de 20 años de servicio, analizó el caso y destacó la desconfianza de los marineros hacia el sistema, por miedo a represalias que afectaran su carrera. Para él, la cultura organizacional, el liderazgo y las condiciones de vida son factores clave en la salud mental. Este episodio inspiró su libro Reflections of a Military Psychiatrist , donde expone un sistema “caótico y orientado a crisis”, sin planificación a largo plazo. Marietta describe la cultura del “aguanta y sigue”, que dificulta pedir ayuda, y el persistente estigma asociado al tratamiento psicológico. Recuerda cómo un general aconsejó ocultar la atención mental en los expedientes, reflejando la tensión entre necesidad y consecuencias profesionales. El libro también aborda el papel complejo del psiquiatra militar, que debe equilibrar la atención al paciente con las exigencias de la misión. Marietta propone reformas como: políticas unificadas para todas las ramas, garantías contra sanciones por revelar problemas, evaluaciones independientes antes de afectar la carrera y derecho a apelación. Aunque crítico, Marietta muestra profundo compromiso con las Fuerzas Armadas y anima a jóvenes psiquiatras a considerar esta carrera, destacando beneficios como el reembolso de préstamos estudiantiles y bonificaciones salariales. Los suicidios fueron un llamado de atención que incluso motivó cambios en el liderazgo naval. Para Marietta, la experiencia reafirma que los psiquiatras deben ser defensores de sus pacientes y de mejoras estructurales en el sistema.
Por Alfredo Calcedo 24 de noviembre de 2025
Artículo de opinión publicado en Psychiatric News sobre una tendencia creciente entre estudiantes de medicina hacia la psiquiatría en EEUU, que lleva más de una década en aumento. En 2024, 1.823 graduados estadounidenses obtuvieron plazas en programas de residencia en psiquiatría, marcando el decimotercer año consecutivo de incremento. Las solicitudes también han crecido significativamente: de 1.618 en 2015 a 2.693 en 2024, según datos oficiales. En contraste, las solicitudes de médicos graduados en el extranjero han disminuido, debido a la mayor competitividad nacional. Educadores atribuyen este fenómeno a un interés genuino por la salud mental, junto con la percepción de que la especialidad ofrece equilibrio entre vida personal y profesional, además de una remuneración aceptable. Laura Roberts, jefa de psiquiatría en Stanford, señala que este entusiasmo se relaciona con avances en neurociencia, tratamientos innovadores y la posibilidad de una carrera plena. También influye la sensibilidad de una generación marcada por la pandemia, que busca conexiones humanas significativas y contribuir a resolver problemas reales como aislamiento, angustia y adicciones.