TDAH y riesgo de suicidio: Importancia de los trastornos comórbidos y los medicamentos estimulantes
Este artículo, escrito por Yaakov Ophir profesor de educación en la Universidad de Cambridge, es una crítica al estudio de Shahnovsky et al. (2024), que sugiere que la hiperactividad —uno de los componentes del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)— está significativamente asociada con intentos de suicidio en niños. Ophir reconoce la importancia del tema, pero advierte que el estudio presenta graves omisiones metodológicas y advierte sobre las posibles implicaciones prácticas derivadas de sus conclusiones, como la prescripción por parte de profesionales clínicos de medicamentos para el TDAH para suprimir la hiperactividad supuestamente peligrosa; medicamentos que, paradójicamente, podrían aumentar el riesgo de suicidio.
Principales críticas al estudio
- Ignora factores clave: El estudio no considera dos variables ampliamente reconocidas en la literatura científica como influyentes en el riesgo suicida: los trastornos comórbidos (como depresión y ansiedad) y el uso de medicamentos estimulantes para tratar el TDAH.
- Contradicciones internas: Los mismos autores publicaron meses antes otro estudio con datos similares, donde no encontraron asociación significativa entre TDAH y ideación suicida. Esta inconsistencia metodológica pone en duda la validez de sus conclusiones.
- Interpretación errónea de investigaciones previas: El estudio afirma que los medicamentos estimulantes podrían proteger contra el suicidio, pero Ophir demuestra que la fuente citada (Shoval et al., 2021) en realidad muestra un aumento significativo del riesgo suicida entre niños que los consumen.
El papel de los medicamentos estimulantes
Ophir argumenta que los medicamentos como el metilfenidato (Concerta, Ritalin) pueden contribuir directamente a la ideación suicida. Cita estudios que muestran:
- Doble riesgo de intento suicida en adultos que inician tratamiento con estimulantes.
- Riesgo relativo de muerte por suicidio hasta 162 veces mayor en niños que los consumen.
- Efectos secundarios frecuentes como labilidad emocional, depresión y pérdida de alegría.
Incluso la agencia reguladora británica MHRA advierte que hasta 1 de cada 100 personas puede experimentar pensamientos suicidas con Concerta XL.
Trastornos comórbidos como causa principal
La literatura científica sugiere que el riesgo suicida en niños con TDAH suele estar mediado por otros trastornos psiquiátricos. Ophir compara esta situación con los trastornos del aprendizaje, que también se asocian con depresión y suicidio, pero no por sus síntomas en sí, sino por el sufrimiento emocional que generan.
Análisis de los resultados del estudio
- Solo se encontró una asociación significativa entre hiperactividad auto-reportada por los niños y los intentos de suicidio.
- No hubo correlación significativa con los informes de los padres ni con los comportamientos suicidas actuales.
- La concordancia entre los informes de niños y padres fue extremadamente baja, lo que cuestiona la fiabilidad de los datos.
Ophir señala que niños de 7 a 12 años difícilmente pueden evaluar con precisión sus propios síntomas, y que la hiperactividad puede tener múltiples causas no relacionadas con el TDAH.
Riesgos clínicos y sociales
El autor advierte que los resultados del estudio podrían llevar a médicos a prescribir más medicamentos para “suprimir” la hiperactividad, sin considerar que estos fármacos pueden aumentar el riesgo suicida. También critica el enfoque biomédico del TDAH, que considera el trastorno como una enfermedad crónica, cuando múltiples estudios cuestionan esa visión.
Conclusión
Ophir reconoce el esfuerzo de Shahnovsky et al. (2024), por abordar un tema tan delicado, pero insiste en la necesidad de una investigación más rigurosa y completa. Propone que futuros estudios incluyan variables como comorbilidades y efectos adversos de los medicamentos, para entender mejor el vínculo entre TDAH y suicidio infantil.


