Es necesario tener en cuenta las diferencias de sexo al tratar a las mujeres con fármacos psicotrópicos

22 de julio de 2025

El artículo destaca la importancia de considerar las diferencias sexuales al tratar a mujeres con fármacos psicotrópicos. Históricamente, la medicina ha asumido que las únicas diferencias entre hombres y mujeres eran reproductivas, pero hoy se sabe que existen variaciones significativas en órganos como el hígado, riñones, corazón, cerebro y sistema digestivo, que afectan directamente la farmacocinética y farmacodinámica.

Diferencias fisiológicas relevantes

  • Las mujeres tienen menor acidez gástrica, lo que altera la absorción de ciertos medicamentos.
  • El vaciado gástrico y colónico es más lento, aumentando el tiempo de absorción.
  • Menor volumen sanguíneo y proteínas plasmáticas reducen la dilución y unión de fármacos.
  • Mayor proporción de tejido adiposo favorece la acumulación de fármacos lipofílicos.
  • Enzimas hepáticas como CYP1A2, CYP2C19, CYP3A4 y CYP2D6 están moduladas por estrógenos, afectando el metabolismo de los fármacos.
  • Las variaciones hormonales durante el ciclo menstrual, embarazo y menopausia modifican la eficacia y tolerabilidad de los psicotrópicos.
  • Tras la menopausia, disminuye la eficacia de ciertos antipsicóticos debido a cambios en la absorción y sensibilidad cerebral.

Ejemplos de psicotrópicos afectados

  • Olanzapina: absorción aumentada en mujeres premenopáusicas; requiere menor dosis para igual eficacia. Tras la menopausia, su eficacia disminuye.
  • Quetiapina: Después de la menopausia, el metabolismo de la quetiapina se ralentiza y los niveles sanguíneos aumentan, lo que puede causar un rápido aumento de los efectos secundarios 
  • Imipramina: mayor absorción y niveles tóxicos en mujeres jóvenes; tras la menopausia, disminuye su biodisponibilidad.
  • Fluoxetina: niveles más altos en mujeres por menor actividad de p-glicoproteína y CYP2C19.
  • Zolpidem: exposición 30% mayor en mujeres; la FDA recomienda dosis reducida, aunque sin considerar el estado hormonal.

Problemas en la práctica clínica

  • Muchas mujeres reciben dosis iguales a los hombres, lo que puede llevar a sobredosificación o infradosificación.
  • La exclusión histórica de mujeres en ensayos clínicos ha generado una brecha de conocimiento.
  • Solo unos pocos fármacos tienen recomendaciones de dosis específicas por sexo.

Recomendaciones del artículo

  • No basta con reducir la dosis a la mitad: se requiere un enfoque personalizado según el estado hormonal.
  • Se necesita investigación urgente sobre mecanismos específicos de cada fármaco.
  • El monitoreo terapéutico de fármacos (cuando esté disponible) es esencial, especialmente durante embarazo y menopausia.
  • Factores como edad, índice de masa corporal, porcentaje de grasa y genética deben considerarse en la dosificación.
Por Alfredo Calcedo 20 de octubre de 2025
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una afección crónica e incapacitante asociada con un malestar significativo y deterioro funcional. Los tratamientos de primera línea se basan principalmente en la farmacoterapia y la terapia cognitivo-conductual (TCC), en particular la terapia de exposición y prevención de respuesta (PRR). Si bien es eficaz, una proporción considerable de pacientes continúa presentando síntomas clínicamente significativos después del tratamiento. En las últimas décadas, se han investigado terapias psicológicas alternativas para complementar la TCC y abordar sus limitaciones en el manejo del TOC. Esta revisión narrativa, basada en la literatura relevante indexada en PubMed/MEDLINE entre 2003 y 2023, examina la evidencia sobre las terapias de tercera generación para el TOC, centrándose en la terapia de aceptación y compromiso (ACT), la terapia basada en mindfulness (MBT) y la terapia metacognitiva (TCM). En estudios con diseños que abarcan desde informes de casos hasta ensayos controlados aleatorizados, estas intervenciones han demostrado potencial para reducir los síntomas del TOC, aliviar la depresión y la ansiedad comórbidas, mejorar las creencias desadaptativas y aumentar la flexibilidad psicológica. A pesar de los prometedores hallazgos, la evidencia sigue siendo preliminar y limitada por muestras pequeñas, diseños heterogéneos, condiciones de control variables y datos limitados a largo plazo. Los estudios comparativos con tratamientos de primera línea establecidos son relativamente escasos y muestran resultados dispares, lo que limita las conclusiones sobre la eficacia relativa. Se necesitan ensayos aleatorizados más amplios y bien controlados con medidas de resultados estandarizadas y seguimiento a largo plazo para establecer la eficacia y aclarar el papel de las terapias de tercera generación en los algoritmos de tratamiento del TOC.
Por Alfredo Calcedo 20 de octubre de 2025
María Escorihuela, médica de Familia, relata su experiencia como MIR durante una rotación voluntaria de un mes en el Centro Penitenciario de Zuera, en Zaragoza. Su interés por la sanidad penitenciaria nació durante su etapa como estudiante de Medicina, cuando fue voluntaria en una prisión. Aquella experiencia fue positiva y enriquecedora, lo que la motivó a solicitar una rotación formal como residente. Sin embargo, su segunda experiencia fue muy distinta. Como médica, notó que la relación con los internos cambió drásticamente: ya no había la confianza del voluntariado, sino una interacción marcada por la desconfianza y la instrumentalización del rol sanitario. Los internos, conscientes del poder que los médicos tienen sobre decisiones importantes (como permisos o traslados), tendían a no ser sinceros en sus relatos clínicos. A pesar de estas dificultades, Escorihuela destaca que se sintió más segura dentro de la cárcel que en un centro de salud, gracias a la constante presencia de funcionarios y sistemas de vigilancia. No obstante, las condiciones laborales eran muy duras: solo cuatro médicos para 1.200 internos, guardias localizadas con desplazamientos nocturnos a zonas alejadas, y escasos recursos para atender urgencias graves como autolesiones, intentos de suicidio o agresiones. En cuanto a las patologías más frecuentes, menciona las traumatológicas (por la actividad física de los internos), enfermedades psiquiátricas, patologías duales relacionadas con el consumo de sustancias, y situaciones de sufrimiento emocional derivadas de la vida en prisión. Escorihuela concluye que, aunque la sanidad penitenciaria es un ámbito que requiere profesionales muy preparados y vocacionales, ella no se veía trabajando allí a largo plazo. Critica que este sector esté desligado del Sistema Nacional de Salud al depender del Ministerio del Interior, lo que limita su integración en el sistema formativo MIR. Propone que las rotaciones en prisiones deberían ser más comunes para que los futuros médicos conozcan esta realidad y puedan considerarla como una opción profesional.
Por Alfredo Calcedo 20 de octubre de 2025
El artículo publicado por Médicos y Pacientes el 10 de octubre de 2025, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, presenta los resultados de un informe de la Organización Mundial de la Salud para Europa (OMS/Europa) sobre el estado de salud mental de médicos y enfermeras en España. Según este estudio, el 24% de los médicos y enfermeras españolas afirma tener síntomas compatibles con depresión, y el mismo porcentaje refiere síntomas de ansiedad. Otros problemas de salud mental también fueron evaluados: 4% de médicos y 3% de enfermeras presentan síntomas de dependencia al alcohol, mientras que 14% de médicos y 12% de enfermeras admiten tener pensamientos suicidas o de autolesión pasivos, cifras superiores a la media europea. Solo el 51% de los sanitarios españoles afirma sentir bienestar general, frente al 83% de los trabajadores en general según datos de Eurofund (2021). El informe identifica varios factores de riesgo laborales que afectan la salud mental: Violencia en el entorno laboral: el 84% ha sufrido algún tipo de violencia, incluyendo bullying (36%), ira de pacientes (76%), violencia física (23%), acoso sexual (9%) y amenazas violentas (50%). Condiciones laborales: el 21% trabaja jornadas prolongadas, el 43% realiza turnos nocturnos frecuentes y el 33% tiene contratos temporales. Estas condiciones se correlacionan con mayor prevalencia de ansiedad y depresión. Las repercusiones no solo afectan a los profesionales, sino también a los pacientes. En Europa, hasta el 40% de los sanitarios con depresión ha tomado bajas laborales, y entre el 11% y el 34% considera dejar la profesión. En España, 8,8% de médicos y 10,9% de enfermeras piensan abandonar su carrera, mientras que 7,3% de médicos y 11% de enfermeras han estado de baja por problemas de salud mental. La OMS/Europa advierte que a esta situación contribuye a una crisis de personal sanitario, estimando una escasez de 940.000 profesionales para 2030. Desde el Ministerio de Sanidad, el secretario de Estado Javier Padilla ha anunciado medidas como la reducción de la jornada semanal a 45 horas, la eliminación de guardias de 24 horas, la reducción de la temporalidad y el reconocimiento del personal sanitario como autoridad pública frente a agresiones. También se ha aprobado el Plan de Acción Nacional de Salud Mental, con financiación específica para apoyar a los profesionales en las comunidades autónomas.