¿Los parásitos alteran el comportamiento humano?
El artículo explora cómo ciertos parásitos podrían influir en el comportamiento humano.
El texto comienza con el ejemplo de Toxoplasma gondii, un parásito que infecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque suele considerarse inofensivo en humanos, estudios han demostrado que puede alterar el comportamiento de roedores, haciéndolos menos temerosos de los gatos, lo que facilita su transmisión. Por ejemplo, una rata infectada se siente atraída por el olor de la orina de gato y termina siendo devorada por un gato, el único huésped en el que T. gondii puede reproducirse sexualmente. Una vez dentro de su nuevo huésped, el parásito ataca la amígdala, un área del cerebro que almacena recuerdos emocionales.
Al igual que otros huéspedes animales, los humanos infectados experimentan cambios mentales y conductuales: los hombres se vuelven más celosos y las mujeres, más tolerantes. Los individuos infectados de ambos sexos responden con mayor lentitud a las amenazas, como lo demuestra un mayor riesgo de accidentes de tráfico y un mayor tiempo de reacción
En resumen, presenta la hipótesis de que estos parásitos pueden manipular el comportamiento del hospedador para mejorar su supervivencia y aumentar la capacidad de infectar nuevos huéspedes.
La posible existencia de estos parásitos y sus estrategias para reclutar huéspedes pueden abrir nuevas vías de investigación, no sólo sobre las enfermedades de transmisión sexual, sino también sobre el comportamiento humano.


