Relación entre la recaída y el pronóstico de la esquizofrenia

20 de noviembre de 2025

El estudio analiza si las recaídas en esquizofrenia y psicosis recurrente afectan negativamente a la evolución clínica y social. Partiendo de la idea tradicional de que prevenir recaídas es esencial para evitar deterioro, los autores realizaron un ensayo de 24 meses con 253 participantes, comparando quienes recayeron frente a quienes no. La recaída se definió como hospitalización o empeoramiento clínico significativo.

Resultados: aunque un 32 % experimentó recaídas, no se observaron diferencias significativas en síntomas (medidos por PANSS), funcionamiento social ni calidad de vida al cabo de 2 años. Incluso en casos graves con hospitalización, los hallazgos se mantuvieron. Fue más probable que, en comparación con quienes no recayeron, experimentaran un cambio en su situación laboral (principalmente abandono del empleo, la educación o la formación), si bien el número de cambios de situación fue reducido.

Estos resultados cuestionan la creencia de que cada recaída implica un deterioro acumulativo. Si bien el estudio original también mostró que reducir dosis de medicación aumenta el riesgo de recaídas, los datos sugieren que estas no conllevan necesariamente un peor pronóstico funcional o clínico en el corto plazo. Los autores subrayan que la trayectoria de la enfermedad es heterogénea: algunos pacientes no responden al tratamiento, otros tienen un curso único, y la tolerancia a la recaída varía.

No se decarta que la recaída sea perjudicial para el pronóstico en las primeras etapas de la enfermedad, como sugiere la hipótesis de los "períodos críticos". Dado que este estudio incluyó principalmente a personas con afecciones crónicas, sus resultados podrían no ser consistentes con los resultados de estudios que han evaluado las consecuencias de la recaída en personas con un primer episodio. Asimismo, cabe recordar que la evidencia de la ausencia de consecuencias adversas en un episodio de exacerbación psicótica proviene en gran medida de estudios, como este, donde la recaída se trató generalmente mediante la continuación o la reanudación de la medicación antipsicótica.

Si bien las recaídas tienen un impacto duradero, aún no se sabe con certeza en qué consiste el mecanismo. Aunque se ha propuesto un proceso biológico patológico, estos hallazgos resaltan que el mecanismo también podría ser social, como por ejemplo, a través de la desestabilización causada por la pérdida del empleo.

Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
Estimados compañeros/as, ya estamos preparando el próximo Congreso Nacional de la SEPL, que como sabéis la sede será en Vitoria, los días 14-16 de mayo de 2026. Por dificultades en la web actual de la SEPL hemos creado para este congreso una web paralela que acoja toda la información relativa al congreso (programa, inscripciones, alojamiento y participación mediante póster). Es decir, para cualquier información relacionada con el congreso 2026, tendrás que dirigirte y consultar en esta nueva Web El enlace de contacto con esta nueva Web del congreso Vitoria 2026 es: https://psiquiatrialegal2026.com/ Disculpad las molestias. Falta terminar el programa del congreso que lo publicaremos en los próximos días. ¡Nos vemos!
Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
El artículo examina si la atención de afirmación de género (AAG) constituye un ejemplo contemporáneo de politización de la psiquiatría. La autora plantea que, aunque AAG se presenta como un tratamiento médicamente necesario para personas trans, la evidencia científica que lo respalda es limitada y metodológicamente débil. Además, se señalan riesgos potenciales asociados, como infertilidad, disfunción sexual y efectos adversos a largo plazo. Resumen del artículo Objetivo: Fomentar el debate sobre si la atención afirmativa de género es una política gubernamental impuesta a los psiquiatras en las primeras décadas del siglo XXI. Conclusión: La atención afirmativa de género (AAG) es un enfoque de tratamiento altamente controvertido para menores con malestar de género. La AAG posee varias características únicas que potencialmente la definen como un movimiento político más que como una intervención sanitaria, entre ellas: su disponibilidad en función de la política gubernamental en lugar de la evidencia científica; la presión percibida sobre los profesionales clínicos para implementar la AAG; el uso obligatorio de símbolos visuales y lenguaje para señalar la adhesión al modelo en el ámbito laboral; y la participación de organizaciones activistas en la orientación de su implementación en los servicios de salud. La AAG se alinea con ejemplos históricos de politización de la psiquiatría al proporcionar una fachada para que los gobiernos implementen una agenda política impopular sin recurrir abiertamente a formas manifiestas de autoritarismo. Disfrazar la AAG como un tratamiento psiquiátrico logró obstaculizar el debate público al sugerir que los psiquiatras poseen un grado de conocimiento médico sobre el malestar de género del que carece la población. Los profesionales clínicos disidentes de la atención de afirmación de género (AAG) se enfrentan a presiones sociales y temen riesgos para su empleo y su registro médico. Dos sentencias recientes del Tribunal de Familia en Australia demuestran aún más los mecanismos por los cuales la AAG se mantiene vigente gracias a los profesionales clínicos activistas apoyados por una agenda gubernamental. En resumen, el artículo sostiene que la implementación de AAG no responde únicamente a criterios médicos, sino que incorpora componentes políticos que afectan la autonomía profesional y reducen el espacio para el debate científico. La autora propone una discusión crítica sobre si estas políticas se ajustan a los principios éticos y científicos de la psiquiatría o si representan una nueva forma de su instrumentalización.
Por Alfredo Calcedo 21 de noviembre de 2025
Desde 2024–2025, siete comunidades autónomas (Baleares, Navarra, La Rioja, País Vasco, Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña) han comenzado a contratar psicólogos sin PIR (Psicólogo Interno Residente) en Atención Primaria, basándose en el Máster Sanitario General Único o mediante decreto propio. En contraste, ocho comunidades han descartado esta vía (Comunidad de Madrid, Andalucía, Asturias, Castilla-La Mancha, Aragón, Galicia, Murcia y Extremadura) y exigen psicólogos con PIR para Atención Primaria, argumentando cumplimiento legal. Este panorama revela una fragmentación autonómica, sin correlación con el signo político de los gobiernos : tanto regiones gobernadas por PP como por PSOE se alinean en ambos bandos. En resumen, la incorporación de psicólogos sin PIR en Atención Primaria ha generando una disputa entre impulsores —que alegan falta de profesionales y apoyo institucional— y detractores —que advierten de ilegalidad, desprofesionalización y debilidad del modelo clínico. La disparidad autonómica —sin vínculo claro con orientación política— refleja un país dividido sobre la aplicación del PIR, marcado por tensiones sociales, jurídicas y asistenciales.