Se necesitan estándares en la industria de las redes sociales para proteger la salud mental de los adolescentes

28 de febrero de 2024

Artículo que destaca la necesidad de establecer estándares en la industria de las redes sociales para proteger la salud mental de los adolescentes.

La Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de los Estados Unidos (NASEM) ha emitido un informe que resalta la importancia de abordar los riesgos asociados con el uso de las redes sociales por parte de los jóvenes. A medida que las plataformas digitales se vuelven más influyentes en la vida de los adolescentes, es crucial implementar medidas para mitigar los efectos negativos en su bienestar psicológico

El informe subraya el profundo impacto que tienen las redes sociales en los jóvenes, influyendo en su autoestima, imagen corporal y bienestar mental general. Señala la evidencia contradictoria sobre el alcance de los efectos negativos, pero enfatiza que los riesgos potenciales requieren medidas proactivas.

La NASEM propone un marco integral destinado a mitigar estos riesgos, enfatizando la importancia de la colaboración entre empresas de redes sociales, políticos y expertos en salud mental. Los estándares recomendados incluyen mejorar la transparencia en los algoritmos que gobiernan la entrega de contenido, asegurando que estos algoritmos no promuevan contenido dañino para los usuarios vulnerables. Además, el informe aboga por la creación de entornos online más seguros a través de filtros de contenido apropiados para la edad y opciones de control de usuario más sólidas.

La Academias también pide una mayor financiación de la investigación para comprender mejor las complejas relaciones entre el uso de las redes sociales y la salud mental de los adolescentes. Esto incluye estudios longitudinales para examinar los efectos a largo plazo y el desarrollo de intervenciones diseñadas para mitigar el daño.

En conclusión, el informe de la NASEM sirve como un llamado crucial a la acción para el desarrollo de estándares de la industria de las redes sociales centrados en la protección de la salud mental de los adolescentes. Destaca la necesidad de un enfoque equilibrado que respalde los beneficios de las redes sociales y al mismo tiempo aborde su potencial de causar daño, garantizando un entorno online más seguro para todos los usuarios.

Por Alfredo Calcedo 6 de noviembre de 2025
OpenAI ha revelado que aproximadamente 1,2 millones de usuarios interactúan semanalmente con ChatGPT en conversaciones que muestran indicadores de intención o planificación suicida , lo que representa cerca del 0,15% de sus 800 millones de usuarios activos. Esta cifra ha generado preocupación sobre el papel de los modelos de lenguaje en el abordaje de temas de salud mental. Ante esta realidad, OpenAI ha colaborado con casi 300 profesionales de la salud mental (médicos y psicólogos) de 60 países, de los cuales 170 han participado activamente en el diseño de respuestas seguras, empáticas y responsables para el modelo GPT-5. El objetivo es que ChatGPT no sustituya las relaciones humanas, sino que complemente el apoyo emocional, sin fomentar creencias delirantes ni dependencia emocional. Además de los casos relacionados con suicidio, OpenAI ha detectado señales de psicosis y manía en un 0,07% de los usuarios semanales, y en un 0,01% de los mensajes. También se identificaron patrones de apego emocional excesivo hacia ChatGPT en otro 0,15% de usuarios, lo que podría indicar una sustitución de vínculos humanos por interacción con la IA. Para enfrentar estos desafíos, OpenAI ha entrenado sus modelos para fomentar la conexión con el mundo real, evitar afirmaciones de creencias infundadas y responder con empatía. Un ejemplo de respuesta ante una muestra de apego emocional es: “Estoy aquí para complementar las cosas buenas que te aportan las personas, no para reemplazarlas”. Los expertos que colaboran con OpenAI han observado una mejora significativa en GPT-5 respecto a versiones anteriores, con una reducción del 39-52% en respuestas no deseadas. La empresa reconoce que estas métricas pueden variar con el tiempo, pero las considera esenciales para evaluar el progreso del modelo.
Por Alfredo Calcedo 6 de noviembre de 2025
La empatía no tiene por qué ser un don innato. De hecho, en Medicina puede aprenderse, entrenarse y evaluarse igual que cualquier otra habilidad clínica. Así lo demuestra un nuevo estudio publicado en BMC Medical Education, que enseña cómo los programas educativos funcionan a la hora de desarrollar este sentimiento. Además, los autores señalan que entrenar empatía "no solo mejora la relación médico-paciente, sino que también puede influir en la adherencia al tratamiento y los resultados clínicos". Uno de los hallazgos más importantes del metaanálisis es que el formato de enseñanza es clave. Y es que las clases presenciales en grupo son más efectivas que las clases online o individuales. Según los investigadores, el contacto directo con docentes y compañeros favorece el aprendizaje experiencial y la retroalimentación inmediata, aspectos clave para desarrollar una empatía aplicable en la práctica médica. Comentado en Redacción Médica.
Por Alfredo Calcedo 6 de noviembre de 2025
Los antidepresivos inducen alteraciones fisiológicas; sin embargo, se desconoce el grado en que estas se producen con los distintos antidepresivos. El objetivo de esta revisión sistemática fue comparar y clasificar los antidepresivos según sus efectos secundarios fisiológicos mediante la síntesis de datos de ensayos controlados aleatorizados (ECA). Se observaron diferencias clínicamente significativas entre los antidepresivos en cuanto a sus efectos metabólicos y hemodinámicos, incluyendo una diferencia aproximada de 4 kg en el cambio de peso entre agomelatina y maprotilina, una diferencia de más de 21 latidos por minuto en el cambio de la frecuencia cardíaca entre fluvoxamina y nortriptilina, y una diferencia de más de 11 mmHg en la presión arterial sistólica entre nortriptilina y doxepina. La paroxetina, la duloxetina, la desvenlafaxina y la venlafaxina se asociaron con aumentos en las concentraciones de colesterol total y, en el caso de la duloxetina, de glucosa, a pesar de que todos los fármacos redujeron el peso corporal. Se observó evidencia sólida de que la duloxetina, la desvenlafaxina y el levomilnaciprán aumentan las concentraciones de AST, ALT y ALP, aunque la magnitud de estas alteraciones no se consideró clínicamente significativa. No se halló evidencia sólida de que ningún antidepresivo afectara el intervalo QTc ni las concentraciones de sodio, potasio, urea y creatinina de forma clínicamente significativa. Un mayor peso corporal basal se asoció con mayores aumentos inducidos por antidepresivos en la presión arterial sistólica, la ALT y la AST, y una mayor edad basal se asoció con mayores aumentos inducidos por antidepresivos en la glucosa. No se observó asociación entre los cambios en los síntomas depresivos y las alteraciones metabólicas. Los resultados muestran una evidencia sólida de que los antidepresivos difieren notablemente en sus efectos fisiológicos, particularmente en los parámetros cardiometabólicos. Las guías de tratamiento deben actualizarse para reflejar las diferencias en el riesgo fisiológico, pero la elección del antidepresivo debe realizarse de forma individualizada, considerando la presentación clínica y las preferencias de los pacientes, sus cuidadores y los profesionales sanitarios. Comentado en Diario Médico